Corazón Equivocado

Capítulo 28 "Una visita a la dirección".

Harold
Al igual que Axel quería ayudar a Ava pero no podíamos dejarnos llevar por el impulso y actuar sin tener un plan. Decidimos esperar al día siguiente y sin saberlo escogimos el día perfecto. El auto de Guille se había averiado y entonces me ofrecí a llevar a Ive hasta le escuela, de camino me comentó que ese día tendría una reunión con el director para ultimar la fecha de presentación de la obra. Le comuniqué a Axel lo sucedido y decidimos entrar solo a la primera clase para no levantar sospechas.
—Es la hora, distraes a la secretaria y yo me encargo de la tecnología. Recuerda encontrar la llave.
—Ok.
La secretaria era una señora de unos cuarenta años, delgada, rubia y de carácter un poco áspero aunque no era maleducada, le gustaba mantener la distancia con todos los trabajadores y estudiantes. Cuando me acerqué hasta su mesa estaba leyendo un libro y en cuanto sintió mi presencia lo cerró de golpe para prestarme atención.
—Buenos días señora Douglas —le dije sacando mi sonrisa más encantadora.
—Buenos días. En qué lo puedo ayudar.
Enseguida percibí que la llave estaba encima de la mesa. Solo quedaba improvisar.
—Estoy iniciando en el mundo de la lectura y me gustaría que me sugiriera algún libro —pude percibir como brillaron sus ojos.
—Yo no soy la más adecuada para ello —me dijo—, si no tiene ningún otro problema debería de volver a clase.
¡Rayos! eso no funcionó pero era de esperarse no caería a la primera, ni tampoco me invitaría a un café literario solo porque le dije que me empezaban a gustar los libros.
—He leído un poco pero no me decido por un género específico.
—No te limítes a un solo género, así descubrirás el que más te atrae aunque no es necesario que te guste uno específico.
—Seguiré su consejo. Señora Douglas, debo decirle algo.
—¿De qué se trata? —preguntó enarcando una de sus cejas.
—Pues el verdadero motivo por el que vine hasta aquí es porque tengo un castigo por llegar tarde y me enviaron hasta usted para que me dijera como podía ayudarla.
—Nadie me dijo nada, aún así todo está en orden.
—Puedo ordenar los expedientes, organizar otros documentos...
—No creo que sea necesario.
—¿Entonces quiere decir que estoy libre?
—De ninguna manera. Un castigo es un castigo.
—Estoy a su disposición.
—Recuerdo que en la biblioteca necesitaban ayuda para reorganizar algunos estantes, creo que podrás encargarte de eso.
—Me parece bien, cree que pueda acompañarme.
—No puedo, alguien puede llamar y...
—No se preocupe será muy rápido, además me dieron instrucciones claras de que fuera usted quien ideara el castigo.
—Está bien.
Comencé a caminar junto con ella, me escusé de que debía acordonar mis zapatos y como ella se adelantó aproveché el momento para tomar la llave, Axel salió de su escondite y le entregué la llave. Después me apresuré para que la señora Douglas no notara mi ausencia.

⏭ ⏭ ⏭
La Sra. Douglas y la bibliotecaria concordaron en aplazar el castigo hasta un horario contrario a las clases. Y como se trataba de un "castigo" se les ocurrió que el mejor momento sería después de clases.
Iba camino a la biblioteca cuando escuché que alguien me llamaba, me di vuelta y me encontré con Audrey.
—Hasta que al fin te encuentro.
—No sabía que me buscabas —le dije.
—Pues hace dos días que no te veo.
—¿Sucedió algo?
—No. Acaso tiene que suceder algo para que nos encontremos —dijo con una sonrisa.
—Tienes razón. Es solo que he estado ocupado.
—Ya veo. Y ahora, ¿tienes tiempo? Quería devolverte la invitación que rechacé cuando nos conocimos.
—Suena bien, pero en estos momentos tampoco puedo. Lo siento.
—No te preocupes.
—Te daré mi número así no tendrás que buscarme tanto.
—Bueno tampoco fue tan así —dijo mirando hacia un lado—, le pregunté a tu amigo pero ni siquiera él sabía.
Intercambiamos números y luego se marchó. Adelanté el trabajo tanto como pude y una vez que terminé conduje hasta su casa.

Ava
Ver series en Netflix estaba muy lejos de resolver mi problema pero al menos me distraía de la lamentable situación que estaba viviendo. El sonido de notificación de mensaje hizo que mirara la pantalla de mi cel.
"Estoy al frente de tu casa"
No tardó mucho para que llegara otro sms.
"¿Podemos vernos?"
Enseguida me paré de la cama y me miré al espejo. Mi aspecto lucía un poco desaliñado así que intenté verme presentable y bajé a ver a mi amigo.
Harold permanecía con las manos en los bolsillos, recostado en su auto con la vista en el cielo.
—Hola —al escuchar mi voz cambió su postura y me dio toda su atención.
—Hola. ¿Cómo has estado? —dijo apuntando mi brazo.
—Mañana por fin mi brazo volverá a ser libre.
—Eso es bueno —dijo con una sonrisa—, perdón por venir sin avisar.
—Descuida, siempre serás bienvenido Harold.
—Es lo mejor que he escuchado en el día —sonreí y negué.
—¿Y cómo encontraste la dirección?
—Axel me dijo.
—Ya veo.
—Ava... quiero decirte que puedes contar conmigo. Se que todo se solucionará y podrás regresar.
—Entonces ya todos lo saben.
—Eso no importa. Las multitudes tienen la capacidad de juzgar a todos cuando no son capaces de jugarse a sí mismos. Si ven a un dedo apuntando a una persona es más fácil para ellos unirse y acusar antes de preguntar que sucedió.
—Es bueno saber que crees en mí.
—No podía ser de otro modo. Mañana deberías ir a la casa de Axel.
—No creo que...
—Es importante. Además yo estaré también —dijo guiñándome.
—Jaja. Está bien, intentaré estar allí.
—Me encanta conversar contigo pero creo que ya es hora de irme.
—Ok. Saluda a los chicos de mi parte.
—Por supuesto. Fue bueno verte.
—Gracias por venir.
Caminó hasta su auto y lo vi alejarse. Me dolió un poco saber que mi propio novio no creyó en mí, en cambio Harold pareció sincero y dispuesto a ayudar.




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