Gina
Antes de bajar del auto alguien tocó la ventanilla y al levantar la vista ví a Zoe. Por su cara no era bueno lo que tenía que decirme.
—Tu nariz se ve bastante bie. —dije al bajarme y cerrar la puerta.
—Gracias pero no vine por eso —dijo y bajó la vista.
—¿Qué haces aquí entonces? ¿Por qué viniste?
—No puedo seguir con esto —me dijo un poco nerviosa, lucía arrepentida pero eso no me importaba.
—Teníamos un trato y no vas a romperlo —le dije en tono amenazante.
—Fui una tonta al aceptarlo. Pensé que éramos amigas y por eso lo hice.
—Y lo somos. —le aseguré y quité el cabello de mi hombro.
—No, no lo somos. Siempre me has utilizado y si andabas conmigo es porque además de mi nadie más soportaba hacerlo.
—¿Te advierto que si dices una palabra más... —la apunté con uno de mis dedos, ya comenzaba a cansarme.
—Se acabó —dijo y me tendió un sobre con dinero—, no es justo que sea yo la única que pague.
Se marchó rápidamente que no me dio tiempo aclararlo. Que hubiera aparecido no era bueno. Llamé a Elsy y esperé en el mismo lugar hasta que llegara.
—Gina ¿qué quieres?
—Si no fuera urgente no me tomaría el trabajo de ver tu cara, así que no te preocupes.
—Que es tan importante —dijo mirando sus uñas.
—Zoe vino hasta aquí.
—¿Y? Eso no es asunto mío.
—Tengo la sensación de que nos delatará con el director.
—No tiene pruebas así que no seas tan cobarde. Me voy, tengo algo que hacer.
Flashback
—Tengo que hacer algo para quitarla de en medio, si no estuviera en la misma escuela el camino estaría libre para que pudiera estar con Fred.
—Gina, debemos estudiar para los exámenes o no aprobarás. —me dijo Zoe quien estaba en la Biblioteca con apuntes y varios libros abiertos.
—Entraré a la Oficina del director y tomaré las pruebas. —ella me Miró asustada.
—No lo dirás en serio.
—Jaja. Solo bromeaba. Aunque no estaría mal...
—Eso provocaría que te expulsaran.
—Y quien dijo que seré yo quien lo haga.
—No estoy entendiendo nada. —dijo mirándome con atención.
—Es todo lo que necesito para sacar a Ava del medio.
—No lo hagas, en serio tanto te importa Fred para hacer eso.
—Es cuestión de orgullo, ella tomó algo que me pertenecía y pagará por eso.
—Pero ese precio...
—Detente Zoe, yo se lo que hago. Tú y Elsy ganarán y yo también.
—No, no me incluyas en esto.
—No le sucederá nada a Ava, nuestro padre buscara el modo de que ella continúe en otro lugar. Así que no tienes de que preocuparte.
—Aún así... —la interrumpí.
—¿Cuánto necesitas para completar tu rinoplastia?
—Y eso que...
—¿Cuánto?
— 2 mil dólares.
—Está hecho tendrás la nariz que tanto soñaste, solo tienes que hacerme un pequeño favor.
—No, no haré ese tipo de cosas.
—Ya pensaste en lo bien que te varías con esa cirugía —dije enmarcando mis cejas—, será muy bueno y solo tendrás que pagar un pequeño precio.
—No lo sé. Tal vez Janeth...
—No ella no debe enterarse, solo Elsy, tú y yo llevaremos a cabo esto y será nuestro pequeño secreto.
Fin de Flashback
Ava
Me sentía aliviada porque sería la última semana de clases antes de las vacaciones de invierno pero no tenía tantas ganas de ir y encontrarme con todas aquellas personas que hicieron que mi fin de semana no fuera bien. Odiaba victimizarme, así que decidí no aceptar ese papel y me arreglé para ir al cole. No tenía pensado ir a desayunar, le dejé una nota al tío y salí. Una vez fuera de la casa pude ver mi auto y sonreí, después de todo Harold cumplió su palabra.
⏭ ⏭ ⏭
Lo que más me tomó de sorpresa no fue ser llamada a la dirección nuevamente sino encontrar allí a Elsy, a mi padre y a Gina. Fue extraño ver a Zoe en la mañana disculpándose así que esperaba que la llama del director fuera una explicación a eso.
La situación salió a luz de una vez y todo quedó aclarado, yo quedé exonerada nuevamente y ese hecho dio lugar a la aparición de la verdadera culpable, Gina, y a su cómplice, Elsy. Ambas quedaron suspendidas por unos días hasta que se tomara una desición final.
Eso no me sorprendió, solo confirmó las sospechas que ya tenía pero si para algo sirvió fue para que mi padre viera a quien tenía verdaderamente bajo el techo de su casa.
—¿Podemos hablar un momento? —me preguntó mi padre y asentí—. Tú tío...
—Ya está mejor pero me quedaré un par de días más.
—Está bien, como lo decidas. Pero recuerda que mi casa continúa siendo tú casa.
—No, sabes que no es así pero no quiero hablar de eso.
—Siento todo lo que ha sucedido.
—Yo también y más cuando todo parte de la misma raíz.
—Hablaré con ella, no te preocupes.
—No es necesario, con no seguir viéndola será suficiente.
—Pude estar lejos de tí físicamente pero mi amor por ti sigue siendo el mismo.
—No lo ha parecido.
—Estas en tu derecho de cuestionarlo pero es cierto. Eres una parte de mi, llevas mi sangre y cuando te tuvimos tu madre y yo fuimos los más felices del mundo.
—Me alegra escucharlo. Ahora si me disculpas tengo que irme. Adiós.
Caminé y me alejé de prisa necesitaba estar sola pero era un lujo que no podía darme en la prepa. Si no liberaba mis emociones terminaría explotando. No siquiera sabía quien estaba a mi alrededor porque mi mente estaba en cualquier otro sitio menos ahí hasta que tropecé con alguien y tuve que detenerme.
—Lo siento —dije dispuesta a seguir caminando pero no me lo permitió.
—¿Estás bien?
—No actúes como si eso todavía te importara, Harold.
—¿Qué? Me lo dejaste lo suficientemente claro ayer, así que no es necesario que finjas —dije cortante.
—No fue intención... —lo interrumpí.
—No estoy reclamando nada. A fin de cuentas no soy tan importante para que te preocupes por mi. —me solté de su agarre y seguí caminando.
No me quedaría un minuto más allí así que busqué el mecanismo para salir de la escuela sin ser vista. Conduje hasta la playa y caminé en la arena, solo el mar sería capaz de darle serenidad a mi mente, o al menos quería darle la oportunidad pero mi corazón, era una historia aparte como mar en tempestad que no sabía cómo y donde encontrar la calma. Todo lo que pensaba que estaba bien y bajo control terminó siendo un espejismo donde imaginé lo que quería sin darme cuenta de lo que en realidad pasaba.
Y a veces la vida es así como una tempestad que va arrojando cosas de todas partes y tú terminas en el centro, en medio de todo sin saber que hacer, sabiendo en el fondo que el único modo de salir de ahí es enfrentando todo, aunque salgas herida por querer lograrlo.