Corazón espinado

Parte I: Amor (El fulgor de la herida)

-Cuando tus ojos eran Dios.

-El temblor de tu nombre.

-Habitarte sin pronunciarte.

-Jardín de sombras dulces.

-Respirar con tu piel.

-Al filo de tu risa.

-Beso que no se borra.

-Tu voz es un conjuro.

-Flor que brota en el abismo.

-Nosotros en la eternidad mínima.

1.Cuando tus ojos eran Dios:

Jack Rentería

Con tus pupilas dictaramente me mirabas
y el mundo se detenía
como si tus pupilas
dictaran las leyes del tiempo.

Hasta que besé tus párpados . No lo sabía hasta que tus ojos me eligieron .No sabía de rezos
hasta que besé tus párpados.
No sabía de dioses
hasta que tus ojos me eligieron.

cuando lo rompías con un susurro . Era eterna, era sagrado el silencio,
cuando lo rompías con un susurro.
Era eterno lo fugaz
si tus dedos lo tocaban.

Amarte era vivir dentro de una iglesia sin techo,
con el alma desnuda
y el corazón en llamas.

2.El temblor de tu nombre:

Jack Rentería

Cae en mi boca como un rayo tu nombre,
cae en mi boca
como un rayo
que no termina de morir.

y tiembla el aire , las paredeslos relojes, lo pronuncio
y tiembla el aire,
las paredes se agrietan,
los relojes se apartan.

Mantra y veneno , canción que sangra , palabra A. Lucia,
mantra y veneno,
canción que sangra,
palabra que abraza con cuchillas.

Hay noches
donde sólo repito tu nombre,
como un loco que baila
en el borde del abismo.

Y el mundo calla
porque sabe
que nombrarte
es volver a nacer en la herida.

3.Habitarte sin pronunciarte:

Jack Rentería

Como un suspiro contenido, que no vivías en mí,
como un suspiro contenido,
como la lágrima
que no se atreve a caer.

Pero lo escribe cada que se dormía en mi pecho. No decía tu nombre,
pero lo escribía en cada silencio,
en cada noche
que se dormía en mi pecho.

como quien reza una oración prohibida , como quien amarte no quiere te habitaba en secreto,
como quien reza
una oración prohibida,
como quien ama
a una sombra
que no quiere irse.

Fuiste
mi casa sin puertas,
mi espejo sin rostro,
mi voz
donde nunca hubo palabra.

Nunca supero cómo y aun así,
nunca supe
cómo dejar de vivirte.

4.Jardín de sombras dulces:

Jack Rentería

Donde crecían sombras y flores de carne rota, reías, y el aire se volvían espinas que se clavaban sin dolor.

Había en tu voz,
había un perfume de lluvia
y de ruina,
de días que no llegaron
pero ya se habían ido.

Te miraba
y veía un horizonte
que nunca alcanzaba,
un paisaje
hecho de amores rotos,
un paraíso que se desangraba.

Había algo dulce
en tu fragilidad,
como si fueras un sueño
que no podía sostenerse
en el mundo real.

5.Respirar con tu piel:

Jack Rentería

Tu piel era el aire
que no podía respirar
sin romperse.

Cada vez que te tocaba,
sentía cómo mi cuerpo
se convertía en sombra,
en refugio,
en un susurro olvidado.

Tu cuerpo
era mi mapa,
y yo me perdía
en sus senderos
como un viajero
que nunca encuentra su destino.

Respiraba con tu piel,
como si el mundo
fuera sólo un latido,
y tú
la única razón de existir.

Y cada beso
era un pacto silencioso
donde prometíamos
ser todo,
aunque al final
fuéramos nada.

6.Al filo de tu risa:

Jack Rentería

Tu risa era un filo que cortaba el aire y la piel como un suspiro que no debía existir.

Reías y el mundo se rompía en fragmentos de luz, en espejos que se miraban y nunca se reconocían.

Al filo de tu risa, me perdí, como un pájaro que no sabe si vuela o cae al abismo.

Había algo en tu risa que me tenía cautivado, preso, encerrado, como pájaro en jaula.

7.Beso que no se borra:

Jack Rentería

Hay besos que se quedan en la piel como cicatrices que no duelen pero nunca se olvidan.

El tuyo fue uno de esos, un incendio sin humo que arde bajo la carne y se convierte en parte de mí.

Cada vez que cierro los ojos, puedo sentirlo,
como una huella en la arena del tiempo, como un eco que nunca termina.

8.Tu voz es un conjuro:

Jack Rentería

Tu voz
es un conjuro
que atrapa el alma
en sus redes de humo.

Cada palabra que pronuncia
se convierte en hechizo,
un susurro
que se enreda en mi pecho
y me obliga a seguirte
aunque no quiera.

Tu voz
es un río
que arrastra mis pensamientos,
una melodía rota
que aún resuena
en cada rincón de mí.

Y aunque intento callarla,
sé que
porque en cada silencio
tu voz me llama
como el viento llama a la noche.

9.Flor que brota en el abismo:

Jack Rentería
Tu amor era
una flor
que brotaba en el abismo,
un pétalo que nacía
donde todo se muere.

Te amaba
como se ama la fragilidad,
con la certeza
de que todo lo que es hermoso
está destinado a desmoronarse.

Y aún así,
al borde del precipicio,
crecías en mí
como una flor que desafía
la muerte con su fragancia.

Cada instante contigo
era un desvelo
donde el abismo
se volvía jardín
y yo te adoraba
como un dios caído.



#5498 en Novela romántica

En el texto hay: poesia corta

Editado: 11.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.