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Sebastián
El sentir la calidez de un hogar me encantaba demasiado. Tenía meses que no experimentaba el amor de una familia unida como eran los Ferrer demostraban tolerancia y apoyo en cualquier situación tanto buena o mala, aunque malamente repetía la misma historia cuando todo se fue a la basura, es decir, mi problema por salir del closet enfrente de mis papás no fue la mejor idea que pude haber tenido.
Vaya, era raro recordar el accidente que tuve hace años atrás y mi verdadera relación con Jonathan. Todo este tiempo viví con una venda en los ojos siempre tuve el amor de mi crush solamente que no recordaba lo que tuvimos una vez.
Él había sido mi primer amor.
Mordí mi labio inferior pensando una y otra vez el accidente que tuve. No podía creer que haya atentado contra vida de esa manera sin tener la cordura adecuada en aquel momento, y ahora comprendía el por qué visitaba a una psicóloga.
Me recosté sobre la cama para continuar viendo una serie que me recomendaron Los Ferrer. Desde que llegue a su hogar me pidieron que descansara y siguiera las indicaciones que dio el médico, aunque veía el lado bueno de esto tenía un trato privilegiado —podía comer en el cuarto—, mientras que César debía a trabajar con su papá para pagar la infracción que le pusieron a partir de mañana.
—¿Puedo pasar? — me preguntó Jennifer, mientras tocaba la puerta del dormitorio de César.
—Sí, pasa— dije.
Ella abrió la puerta haciendo que está rechinará. Pude notar la expresión facial de preocupación todavía a pesar de haber recibido un diagnóstico médico. Sabía que estos desmayos eran por una crisis nerviosa que podía tener dado que, en el pasado ya he enfrentado este problema.
—¿Cómo te has sentido? — me preguntó Jennifer directamente.
Sinceramente mejor porque dejé de tener el dolor de cabeza que comencé a tener después de encontrarme con Jonathan y pelear con papá.
— Mejor —respondí.
Aún no podía darme el lujo de quedarme enfermo en casa porque el verano era para provecharlo con sus amigos y desvelándote viendo tus películas favoritas.
—¿El oficial con el accidente era?… — interrumpió Jennifer para responderme.
—No lo era, afortunadamente —replicó ella—. Era mi esposo, pero ahí si es desgraciadamente.
Suspiré aliviadamente por la noticia, sin embargo, me entristecía un poco que Mauricio estuviera pasando por esta situación.
—Trate de contactar a Daniel para decirle sobre lo sucedido y hacerlo entrar en razón —comentó Jennifer—, él esta dispuesto a pedirte una disculpa por la pelea que tuvieron por la salida con Jonathan, y también menciono que sino querías regresar a su casa durante todo el verano que te quedarás con nosotros.
Parpadeo varias veces no podía creerlo. Papá, diciendo aquellas palabras ¿Qué mosco le pico? Él, no haría nada así porque considera mal las relaciones homosexuales por esa misma razón, tuvo dicha reacción, pero, no haré nada estúpido para no arruinar está oportunidad que me estaba dando el destino.
—Te dejare descansar y pensarlo porque es una decisión difícil, mientras voy al hospital por mi esposo — argumentó Jennifer.
Una decisión que dependerán mis vacaciones. Tenia que pensarlo claramente porque no podía dejar escapar la oportunidad de estar con mi crush, aunque posiblemente podemos ser amigos para empezar y conocernos mejor porque actualmente éramos dos completos desconocidos.
Caray, no me había dado cuenta de ese simple hecho. Somos dos conocidos hemos ido cambiando con el tiempo por la edad que tenemos, y esto hará que posiblemente ya no tengamos los mismos sentimientos pensando de esta manera debía de hacer algo al respecto para poder evitar cualquier situación así.
Me levanté de la cama tenia una pequeña idea en mente y necesitaba el apoyo de mi mejor amigo para llevarla a cabo, bajé las escaleras cuidadosamente para no caerme, antes del último escalón pude escuchar a Jennifer discutir con su hijo sobre el contenido que estaba mirando en su computadora, ya me imaginaba un poco que era. Esto iba a arruinar mi idea, pero no importaba porque eso daba señal que no era adecuada.
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Editado: 23.05.2020