* * *
Sebastián
Seguía impactado por la forma en que mentí enfrente de una familia respetada e importante ante la sociedad. Desde un principio no debí hacerlo porque lo único que obtendré en un futuro es tener una mala reputación ante los Ross como lo sucedido con César, quien no deja de ser culpado cuando acontece una situación de vida o muerte; pensar en ello me causa nostalgia quebrante una regla ética importante enseñada por mis papas: siempre tenía que hablar con la verdad sin importar las consecuencias de los actos cometidos.
Unas lágrimas caen con el hecho de pensar. Era malo dormir pensando en mis problemas personales, mis sueños se enfocaban en hallar una posible solución o muestran el efecto negativo que tendré en unos días.
Solté un suspiro.
Me gire hacia el lado derecho de la cama para tratar de dormir un poco, y choque contra algo, rápido cogí mi celular y encendí la pantalla pude percatarme que Jonathan estaba dormido a mi lado ¿Cómo es posible todo esto? Debo estar soñando, mientas me quede dormido viendo algún dorama; en eso escuche un quejido de Jonathan para que apagará el celular, sentí su tacto contra mi mano haciéndome sonrojar.
En verdad sucedía esto. Grité internamente por la emoción que sentía al estar compartiendo la misma cama con Jonathan y nada va a creerme que no tuvimos ningún encuentro sexual ¿Por qué pensé en eso? No, planeaba en tener relaciones antes de tiempo, es decir no me sentía listo para dar el siguiente paso sino quería estar preparado para cuando llegará el momento deseado.
Volví a acomodarme en la cama para dejar de tener pensamientos pervertidos hacia Jonathan, quien únicamente dormía pacíficamente en su cama. Acaricie su rostro suavemente sin lastimarlo, él se veía tranquilo dormido sin ningún problema ni pensamiento prohibido, mientras yo mantenía una cara de inocencia, pero mantenía en mi mente escenas sexuales de las cosas que me gustaría explorar con Ross, «Rayos, ya pensaba como César» Diré un secreto culposo de mi amigo; él tiene sueños eróticos con Santiago, y me pidió un consejo hace un año atrás para impedirlos, mi respuesta fue decirle que saliera con el muchacho.
Si, terminó quedándome en la ciudad me volveré Cupido y formaré una nueva pareja gai en mi grupo de amistades. Deseaba ver a César siendo feliz con alguien, me cansé de verlo decepcionado a corta edad por el amor posteriormente de una ruptura desastre no daré detalles porque era otra historia que no me incumbe.
Será mejor que descansé un poco en casa de Los Ross, papá no regresaría hasta en la tarde después de una borrachera con sus amigos en el día anterior eso era bueno que saliera y me diera un poco de espacio a fin de pasar mis últimos días de vacaciones a lado de Jonathan.
—¿Sebastián? ¿Estás despierto? —preguntó Jonathan, mientras bostezaba.
Fingí hacerme el dormido. Seguramente termine despertándolo cuando acaricie su hermoso rostro tan suave, no recordaba la última vez que pasamos una noche juntos así en la misma cama. De pronto, sentí como me abrazó y da un ligero beso en la frente haciendo que me sonrojara un poco.
—Te amo, duerme bello durmiente —susurró Jonathan, y se acurruco a mi lado.
—Yo también te amo —susurré.
Pude escuchar una ligera risa de su parte.
—Sabía que estabas despierto, ¿tienes problemas para dormir? —me cuestiona
—No puedo alejar mis pensamientos. Le mentí a tus papás y eso estuvo mal —comenté.
Él cogió aire antes de pronunciar una sola palabra.
—Amor, no les mentiste—dijo—. Sólo les platicaste lo que quieran escuchar y estuvo bien.
Hice una mueca de disgusto ante las palabras de Jonathan.
No me sentía satisfecho sabiendo que en cualquier momento todo se puede ir a la basura por estar mintiendo, y puedo perder la confianza de mis papás con esta locura conocía perfectamente las consecuencias que obtendría por ser un niño mentiroso y no me gustaban para nada.
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Editado: 23.05.2020