Sebastián
Se había llegado el día de la famosa fiesta de Pilar. Durante toda la mañana estuve planeando una buena excusa para no asistir, de hecho, me sentía tan agotado tras haberme desvelado viendo una serie en Netflix, y aparte por pensar la manera correcta para no salir. Papá, se molestaría conmigo porque sinceramente no me agradaba mucho tener una salida nocturna, prefería ir al cine o a beber un café con mis amigos.
Mis excusas eran patéticas por lo que, no me quedaba otra alternativa. Debía salir con Emma a la fiesta de Pilar, además ¿Qué podría pasarme? Nada, no soy el chico que se mete en problemas ni mucho consumo alcohol soló estaré en mi celular revisando las redes sociales, mientras observo adolescentes calenturientos bebiendo una dosis alta de cerveza.
De pronto, escuche el tocar de la puerta de una manera apresurada. Revise la hora y justamente eran 8.40 de la noche, un poco tarde según Emma aunado a que su fiesta ya había iniciado. Mi padre opto por abrir la puerta que me conduciría al camino de la desgracia por una noche de verano, mis manos sudaban un poco por los nervios que sentía.
—Hola, Emma pasa— dijo papá—. Sebastián, aún sigue alistando para salir.
Tragó saliva.
En realidad, no me estaba alistando para salir sino me encontraba en un pantalón pijama del Pato Donald y una playera gris con el mismo personaje. Escuchaba unas pisadas dirigirse a mi habitación. Mi reacción fue correr hacia mi cama y fingir que dormía ¿Qué más podía hacer con esta loca? Me lance y me cubrí con las sábanas.
—No finjas, Sebas— se quejó Emma—, estás despierto.
No hice ningún ruido.
Emma, seguía insistiéndome para salir de la cama, no iba a permitirle que ganará como siempre hasta que fui víctima de violencia por su parte, ella termino dándome almohadazos y continuaba aferrándome a mi cama.
—Vamos, escuche que irá Jonathan—dijo Emma.
¿Jonathan? No lo creo, él prefería las fiestas de lujo porque pertenecía a otra clase social por el éxito que ha tenido su padre en el mundo de los negocios, hoy en la actualidad los emprendedores estaban teniendo un triunfo en México por sus ideas innovadoras. Además, él cambio sus amistades por unas mejores, me alegraba saberlo porque se merecía una vida mejor tras haber estado en momentos de crisis económica por los frecuentes fracasos de su padre.
—No me interesa— dije un poco molesto.
Emma bufó.
—Por supuesto que te interesa— comentó Emma emocionada—. No seas perezoso sino vas a perder la mejor oportunidad de tu vida.
Puse los ojos en blanco. Ella, aún seguía conservando la esperanza de mi regreso con Jonathan a pesar de no haber tenido nada en el pasado solamente fuimos buenos amigos, pero ciertas situaciones nos llevaron a alejarnos drásticamente hasta perder el contacto. Por mi parte, no quería revivir mi pasado era mejor mantenerlo alejado.
—Mi respuesta sigue siendo un no— dije, cogiendo las sábanas para cubrir mi cuerpo y fingir que dormía.
Emma salió de mi habitación derrotado por mi gran victoria. Por fin, podre desvelarme por segunda vez en este verano, mientras hacia un maratón de películas.
— ¡Tío! — exclamo Emma sollozando.
Ay Santa Ramona, necesito otra vez de tu ayuda.
Desde mi habitación escuchaba los murmullos y quejas de mi prima porque no quería asistir a su fiesta, en verdad no tenía humor, además no me interesaba ver a Jonathan eso creía. Papá, termino entrando a mi habitación dándome un sermón sobre salir más con jóvenes de mi edad y que terminaría solo sino encontraba una novia, en primera ¿a quién le importaba tener una novia? A mí no, porque no iba con mis preferencias y eso de convivir con chicos de mi edad; no me convencía mucho por mis experiencias.
Gruñendo me levante de la cama al escuchar que llamarían a mamá. Cuando te dicen "voy a llamar a tu mamá" es el momento de rendirte para evitar tener un conflicto con ella, era mejor ir de fiesta que recibir un regaño. Emma otra vez triunfo con su idea alocada para mí que planeado algo a mis espaldas con Jonathan, ya que, ella seguía teniendo un ligero contacto por redes sociales.
Revise mi armario y no hallaba la ropa adecuada para la ocasión. Era obvio, no acostumbraba a salir más que a comer una nieve o al cine con mis amigos de California, bueno técnicamente no eran como mis amigos sino compañeros de clases, no les hablaba por mensaje de texto ni nada por estilo.
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Editado: 23.05.2020