Sebastián
Desde la habitación de César podía ver como se marchaba Jonathan. Me sentía pesimamente mal por haberlo cortado de esa manera ya que, podía verlo sollozar por mi respuesta. Estaba teniendo el efecto del arrepentimiento, no debí de haberle dicho aquellas palabras sino pedido su apoyo para recuperar el amor que tuvimos en un pasado, sin embargo, mi miedo a enamorarme fue más fuerte que mi corazón.
¿Por qué le hice eso a Jonathan? No se merecía recibir mi respuesta negativa. Caray, me estaba arrepintiendo como siempre lo hacía cuando cogía una decisión apresurada por un factor influyente en mi vida, es decir baso mis decisiones de acuerdo a mis pensamientos, y en los principios dados por mis padres. En este caso para dar mi respuesta fue el miedo.
Aquel miedo que no dejaba de sentir desde que descubrí mis gustos. Temía a no cumplir con las expectativas esperadas de mamá, no quería causarle un daño por que cuando sucedió el divorcio de mis padres termino cayendo en una fuerte depresión por unos meses hasta que un día hice que mamá recuperara la cordura.
—Así que, ¿lo rechazaste a Ross? — preguntó César.
Salí de mis pensamientos.
—Si— respondí sin dudarlo.
Tanto tiempo esperando ser la pareja ideal de Jonathan Ross y termino arruinándolo. Tiré a la basura una grandiosa oportunidad que me dio la vida, sin embargo, mis miedos me han dominado y mis memorias me han traicionado.
—Wey, perdiste la mejor oportunidad de tu vida— comentó César.
No dije nada al respecto. Era mejor callar ante la situación y no podía darme la libertad de salir con Ross sabiendo que lo nuestro no funcionaría porque dentro de unos años contraerá matrimonio con Jeannette Curie y terminaré siendo el amante, lo cual no aceptaré.
—Es tu decisión, pero espero que no me jodas cuando te llegue el arrepentimiento— dijo.
Rodé los ojos.
De hecho, si iba a empezar a dar mis quejas. Me arrepentía de haberlo rechazado de aquella manera, no debía de hacerlo para quedar bien con mis padres ya que, la familia es temporal y en un momento dado de la vida emprenderé mi propio camino en base a toda la educación dada desde el hogar.
—Te prometo que no sucederá— comenté dudándolo.
César hizo una mueca.
—Lo dudaste— replicó César—, sabía que lo harías en tan solo cinco minutos desde que se marchó, Ross. Lo pude ver en tu rostro—. Tiraste a la basura una oportunidad que te dio el destino por el miedo que siente tu corazón.
Solamente pensaba en lanzarme a la cama que compartiría con César y cerrar los ojos para no continuar pensando en mis decisiones erróneas, además, debía de irme preparando para tener una fuerte plática con papá por haberme escapado de aquella manera. De hecho, no debí de haber cogido esa actitud tan infantil ya debía enfrentar mis problemas como un adulto joven ya que, dentro de unos meses seré mayor de edad en México, y en Estados Unidos hasta que cumpla veintiún años «no debería de sentirme tan culpable».
—Me iré a dormir— dije.
César se cruzó de brazos ante mis palabras.
—No te irás a dormir— comentó él—. Tenemos que recuperar un corazón perdido y ¿sabes por qué?
—No lo sé— respondí.
Observó a César poner una almohada sobre su rostro y comenzó a gritar por mis respuestas.
—¿Dónde crees que muere el amor? — preguntó César, mientras se quitaba la almohada de su rostro.
Me encogí de hombros.
—En un lugar llamado miedo— confesó César—, el miedo siempre nos impide seguir con nuestros deseos y sueños. Todo porque pensamos en las opiniones ajenas y nos debe de valer madre. Ellos son envidiosos porque no se atrevieron alguna vez enfrentarlos como tal—. Sebastián, tú debes de ser la excepción. He visto que por miedo muchas relaciones se rompen.
Comprendí las palabras de mi amigo. Tenían sentido para mí ahora que las necesito por todo lo que estaba pasando con Jonathan, debía de aprovechar la oportunidad que me brindaba el destino, por tal motivo, creo que sería necesario hacerle llamado a Ross para pedirle una disculpa por mis palabras dolorosas.
—Gracias— le dije.
César sonrió.
#372 en Joven Adulto
#5123 en Novela romántica
lgbt, amor amistad dolor humor drama, prohibido enamorarse de el
Editado: 23.05.2020