–¡¿Qué mierda está pasando acá?!
Ese grito… oh no...
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Unos minutos antes...
Skylar – ¡Suéltame arribista! –dijo jalando mis cabellos con fuerza.
Caory – ¡No lo voy a hacer! ¡Suéltame tú primero! –dije tratando de zafar mis cabellos de su agarre– ¡Te digo que me sueltes! –grité forcejeando– ¡Tú comenzaste! ¡Mira mocosa, si piensas que te voy a quitar a tu cobarde, estás equivocada!... ¡Oye Mykel, al menos haz algo, ¿no?! ¡No te quedes ahí paradazo!
Skylar – ¡Ya suéltame!
–¡¿Qué mierda está pasando acá?!–
Ambas volteamos a ver quién gritó... era mi hermano... oh no... ¡Maldición!
Jay – Suelta a mi hermana, ¡ahora! –dijo acercándose, él quitó las manos de aquella chica de mis cabellos.– No quiero que te vuelvas a acercar a mi hermana, ¿entendiste?, ni le vuelvas a tocar un solo cabello –dijo con un tono serio.– Tú y yo hablaremos en casa –dijo bajando la voz, tomándome de la mano. Realmente estaba enojado. Ahora que recuerdo, tenía que cuidar a Max. Él me jaló todo de prisa...
Pero antes...
Jay – ¡Todos ustedes deberían darles vergüenza, ver a dos chicas pelear y no hacer nada! ¡Son todos unos pusilánimes! ¡Ahora largo de aquí! –dijo molesto. Todos se quedaron helados, sorprendidos... incluso yo.
–Y tú, Mykel, no quiero verte cerca de mi hermana, solo le traes problemas –sentí como mi hermano presionó mi mano fuerte y se dio la vuelta para irnos, así que yo hice lo mismo sin decir nada. Noté cómo volteó su cabeza hacia atrás, donde estaba Mykel.
–Ahh, espero que hayas hecho lo que te dije hoy, no quiero tomar medidas, Mykel –dicho esto volteó su mirada hacia adelante con un semblante serio.
¿Era yo o había amenazado a Mykel? ¿Qué le pidió? ¿Medidas?...
Todo el camino estuvo un silencio muy, pero muy silencioso.
Caory – Mykel, yo no quise...
Jay – No quiero hablar.
Simplemente lo miré. Sabía que malogré todo. Prometí no meterme en problemas, pero juro que lo intenté... pero ella... hagg.
Caory – ¿Y Max?
Jay – Lo dejé con Gelen, ella me avisó. Espérame un momento, iré por algo.
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–¡Mi hijo, mi hijo! ¿Dónde está mi hijo?!
–Mamá, cálmate por favor.
Escuché como una mujer muy desesperada gritaba, así que supuse que era la madre de aquel chico... cuando la llamé no tomó muy bien la noticia, y era de esperar.
Mark – Esa es la voz de mi madre –dijo aquel chico preocupado. Él estaba a punto de levantarse pero lo detuve.
Luka – Iré a ver, por favor mantente tranquilo ¿sí? No te preocupes –dicho lo último, salí.
–¿Dónde está mi hijo?, ¡quiero verlo!
Enfermera – Señora, cálmese.
–¡¿Cómo me pide que me calme?! ¡Mi hijo está aquí!
–Mamá, cálmate. Disculpe... ¿aquí...
Luka – Siento por interrumpir –dije mirando a aquella chica, para luego mirar a la señora– ¿Usted es la madre de Mark, cierto?
–Sí, soy yo, por favor llévame con él –respondió casi suplicándome, estaba muy preocupada.
Luka – Sí, claro. Por aquí.
Enfermera – ¿Luka, tú no eras hermano de Mark?
Oh no, lo olvidé...
Luka – Lo siento por mentir, pero era necesario. No, no soy su hermano.
Enfermera – Bien, entonces necesito los datos de la madre o hermana...
–Mamá, yo me quedaré a llenar los datos. Ve a ver a Mark.
Luka – Es por aquí –dije señalando a la puerta.
Enfermera – Su nombre, señorita.
–Alisa William...
Eso es lo último que escuché, antes de cerrar la puerta. Se llama Alisa.
¿Qué estoy pensando...? Moví mi cabeza negando...
–¡Hijo! –Aquella señora se acercó a Mark rápidamente y lo abrazó.
Mark – Mamá, estoy bien –dijo con cierta molestia– No te preocupes –rió algo nervioso– ¿Sabes? Estás que me asfixias.
–Ay niño, no sabes lo preocupada que estaba. No habías llegado a casa y me dices "¿no te preocupes?" ¿Te das cuenta de lo que me pides? Ahora estás acá, no sé qué te hubiera pasado si no llegaba este chico a ayudarte.
Mark – Lo sé mamá, pero estoy bien.
Escuché cómo la puerta se abrió y estaba aquella chica de rasgos asiáticos...
Mark – ¡Alisa! ¿Cuándo llegaste? Mamá, ¿por qué no me dijiste que vendría hoy?
Alisa – Quería darte una sorpresa a mi hermanito, pero mira con lo que me topé. La sorpresa me la llevé yo –dijo con un tono suave.
Mark – Lo sé...
Alisa – Vamos a hablar seriamente, jovencito –su tono era único. A pesar de la situación, buscaba la gracia y ablandar toda la tensión.
Mark – Mamá, Alisa, les presento a Luka, él me salvó.
–Muchas gracias, de verdad no sé qué le hubiera sucedido si no llegabas.
Luka – No es nada, señora.
Alisa – ¿Cómo que no es nada? Te agradezco mucho, Luka, ¿cierto? –preguntó, a lo que yo asentí– No sé si podamos hablar afuera, necesito preguntarte algo.
Mark – Alisa... ¿Qué le vas a preguntar?
Sabía muy bien que Mark no quería que ni su hermana ni mucho menos su madre se enteraran de que lo acosaban en la escuela.
–Yo también necesito hablar contigo, Luka –dijo aquella señora, así que simplemente di una mirada a Mark y asentí.
Hola a todos la verdad este capitulo es corto, estube pensando y no se si continuarla, asi que si quieren para seguirla dejen su comentario porque siento que nadie lo lee, pienso borrar la historia, pero todo depende de estudes si les agrada volvere en tres dias, y bueno si nadie comenta sera eliminada, parece amenza jajjaja, pero no lo es solo que no motivación.
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Editado: 07.06.2025