Corazón y Bestia

Capítulo 2:La bestia en el bosque

Capítulo 2: La Bestia en el Bosque
La luna comenzaba a asomarse en el horizonte, iluminando débilmente el pueblo de Valdeamor. Sebastián caminaba rápidamente hacia el bosque, sus pensamientos eran un torbellino de emociones. La conversación con Clara había dejado una impresión en él, pero sabía que no podía permitirse sentir nada. Su maldición lo alejaba de todo lo que una vez había sido humano.

Sebastián: "¿Por qué tenía que hablarme? ¿Por qué tenía que ser tan... distinta?" —murmuraba mientras apretaba los puños, sintiendo la furia creciente de la bestia dentro de él—. "No puedo... no puedo dejar que esto me controle otra vez."

Aceleró el paso, internándose más en el bosque, buscando alejarse de todo. El aire húmedo llenaba sus pulmones mientras las sombras se alargaban bajo los árboles. De repente, un ruido entre los arbustos llamó su atención.

Marcos: "Sebastián, viejo amigo... Parece que estás huyendo otra vez." —dijo una voz familiar, cargada de ironía, emergiendo de entre las sombras.

Sebastián se detuvo en seco. Su cuerpo se tensó de inmediato, reconociendo la voz.

Sebastián: "Marcos..." —respondió con voz áspera, sin girarse—. "¿Qué haces aquí?"

Marcos: "Oh, lo mismo que tú. Disfrutando de la noche, dejando que la luna despierte lo que somos." —su risa era seca y amarga—. "Aunque parece que tú aún te resistes a la verdad."

Sebastián finalmente se dio vuelta, sus ojos oscuros enfrentando los de Marcos. El brillo salvaje en los ojos de su antiguo amigo le causaba un malestar profundo.

Sebastián: "No soy como tú, Marcos. No lo seré."

Marcos: "¿No lo eres? ¿Seguro?" —Marcos dio un paso adelante, su presencia oscura se hacía más palpable—. "Porque desde aquí parece que estás luchando. Sientes el llamado de la bestia, ¿verdad? Esa rabia, ese poder... es lo que somos. Negarlo es inútil."

Sebastián apretó los dientes, tratando de contener el creciente impulso de atacar.

Sebastián: "No dejaré que me controle. No como tú."

Marcos soltó una carcajada.

Marcos: "Siempre tan noble, Sebastián. Esa chica que encontraste, Clara, ¿verdad? Me pregunto qué pensaría si te viera... cuando cambias. ¿Crees que te seguiría sonriendo? ¿Crees que vería al hombre bajo la bestia?"

Sebastián dio un paso adelante, su mirada feroz.

Sebastián: "No te atrevas a mencionarla."

Marcos lo observó por un momento, con una sonrisa torcida en los labios.

Marcos: "Ah, ya veo. Así que ella te importa." —se cruzó de brazos, complacido con su descubrimiento—. "Qué curioso. No creí que te quedara algo de humanidad, pero... parece que he subestimado al viejo Sebastián."

Sebastián: "Ella no tiene nada que ver con esto."

Marcos: "Claro que lo tiene. Porque mientras sigas fingiendo que puedes vivir como humano, mientras sigas aferrado a la idea de que puedes controlarlo, ella será tu debilidad." —sus ojos brillaron de malicia—. "Y eso, querido amigo, te hará caer. Como me pasó a mí."

Sebastián lo observó en silencio, luchando contra el fuego que sentía arder en su interior. Recordaba cómo Marcos había sido antes de ser mordido. Eran amigos inseparables. Pero desde que la maldición lo había consumido, Marcos ya no era el mismo.

Sebastián: "No tienes por qué ser así. Todavía puedes pelearlo, aún hay una parte de ti que puede salvarse."

Marcos dio un paso más cerca, inclinándose hacia él.

Marcos: "¿Salvarme? ¿De qué? Soy libre, Sebastián. La bestia dentro de mí ya no es una carga. Es lo que soy. Y pronto tú también lo serás." —su voz se suavizó peligrosamente—. "Y cuando lo aceptes, cuando te des cuenta de que no puedes proteger a esa chica, me buscarás. Te estaré esperando."

Sebastián apretó los puños con tanta fuerza que las uñas casi rompían la piel. No podía dejarse arrastrar. No podía ceder.

Sebastián: "Nunca seré como tú."

Marcos soltó un suspiro teatral.

Marcos: "Oh, Sebastián... siempre tan testarudo. Nos veremos pronto, lo sé." —se dio la vuelta lentamente, desapareciendo entre las sombras del bosque—. "Cuida de Clara... mientras puedas."

El sonido de su risa se desvaneció con el viento. Sebastián se quedó allí, con el corazón latiéndole en los oídos. La bestia dentro de él rugía, exigiendo salir, pero él la mantuvo contenida. Apenas.

Sebastián: "No dejaré que me consuma. No como a Marcos."

Comenzó a caminar nuevamente, alejándose más en el bosque. Necesitaba calmarse, dejar que el aire frío lo ayudara a recuperar el control. Pero la imagen de Clara apareció en su mente, su sonrisa bajo la lluvia. No podía negarlo, ella había despertado algo en él. Algo que hacía mucho tiempo había perdido.

En el pueblo
Mientras tanto, en Valdeamor, Clara cerraba la floristería. La noche había caído, pero no podía dejar de pensar en Sebastián. Había algo en él, algo que la intrigaba profundamente.

Clara: "Es como si llevara un peso enorme... pero no entiendo qué es." —susurró mientras guardaba las últimas flores—.

Sofía, la tía de Clara, apareció desde la trastienda con una ceja arqueada.

Sofía: "¿En qué piensas, Clara?"

Clara suspiró, dejando las flores a un lado.

Clara: "En el chico que conocí hoy. Sebastián... Es misterioso, pero... no sé, siento que hay algo más detrás de todo lo que dice."

Sofía sonrió con una mezcla de ternura y preocupación.

Sofía: "Ah, Sebastián. He oído hablar de él. La gente dice que es extraño, que nunca se queda mucho tiempo en el pueblo."

Clara frunció el ceño.

Clara: "No me pareció tan extraño. Solo... distante. Como si estuviera evitando algo."

Sofía la miró fijamente, en silencio por un momento.

Sofía: "Valdeamor tiene muchos secretos, Clara. Y Sebastián, bueno... hay historias sobre él. Sobre el bosque. Ten cuidado, querida."

Clara la miró, curiosa.

Clara: "¿Historias? ¿Qué historias?"

Sofía suspiró.

Sofía: "Historias antiguas, de hombres que vagan por el bosque en las noches de luna llena. Hombres que... no son del todo humanos. Solo ten cuidado, ¿de acuerdo?"




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.