La bruma de la mañana se había disipado, dejando un claro cielo azul sobre Valdeamor. Clara y Sebastián se encontraban en la floristería, el aroma de las flores frescas llenaba el aire, pero su mente estaba en otro lugar, inquietos por el peligro inminente.
Clara: “Sebastián, siento que estamos a punto de entrar en algo mucho más oscuro de lo que pensamos. La advertencia de Hugo… no puedo sacarla de mi mente.”
Sebastián asintió, preocupado.
Sebastián: “Hugo puede ser un peligro, pero lo que realmente me inquieta es Marcos. Desde que apareció, las cosas han tomado un giro siniestro.”
Clara: “¿Crees que está detrás de todo esto? ¿Que quiere hacernos daño?”
Sebastián: “No tengo dudas. Su obsesión por controlarlo todo es peligrosa, y ahora que está tras de mí, no se detendrá hasta conseguirlo.”
De repente, la puerta de la tienda se abrió de golpe, y entró Sofía,la tía de Clara, con una expresión grave en su rostro.
Sofía: “Chicos, tengo malas noticias. Hugo… ha sido encontrado muerto en el bosque.”
El corazón de Clara se hundió.
Clara: “¿Qué? ¿Cómo es eso posible?”
Sofía: “Los cazadores dicen que fue atacado. Nadie sabe con certeza qué pasó, pero los rumores apuntan a Marcos. Se dice que lo hizo para eliminar una amenaza.”
Sebastián se tensó.
Sebastián: “¿Marcos? No puedo creer que haya llegado tan lejos.”
Sofía: “Parece que estaba tratando de eliminar cualquier amenaza a su poder. Y tú, Sebastián, estás en su mira.”
Clara: “Esto no puede seguir así. Marcos no puede salirse con la suya.”
Sebastián: “No, y no lo dejaremos. Pero debemos ser astutos. Si Marcos ha matado a Hugo, esto puede volverse más peligroso.”
Clara: “¿Qué vamos a hacer? No podemos permitir que nos atrape en su juego.”
Sebastián se acercó a Clara, tomando su mano.
Sebastián: “Debemos actuar rápido. Necesitamos información. Si Marcos ha matado a Hugo, puede que tenga un plan para atraparnos.”
Sofía: “¿A dónde irán?”
Sebastián: “Vamos a hablar con otros en el pueblo. Necesitamos aliados, y averiguar qué más sabe la gente sobre Marcos.”
Clara: “¿Crees que alguien se atreverá a hablar?”
Sebastián: “Si no hacemos algo pronto, lo que viene será mucho peor. Juntos, podemos enfrentar a Marcos.”
Clara sintió la determinación en la voz de Sebastián y decidió que no lo dejaría solo en esta lucha.
Clara: “Vamos, juntos. No tengo miedo de lo que pueda pasar.”
Sebastián: “Te prometo que haré todo lo posible para mantenerte a salvo.”
Salieron de la floristería y se dirigieron hacia el centro del pueblo, sintiendo la tensión en el aire. La noticia de la muerte de Hugo se había esparcido rápidamente, y el ambiente estaba lleno de murmullos y miradas nerviosas.
Al llegar a la plaza, se encontraron con algunos de los aldeanos, quienes hablaban en voz baja. Clara se acercó a un grupo de conocidos.
Clara: “¿Qué saben sobre la muerte de Hugo? Hay rumores de que fue asesinado.”
Uno de los aldeanos, un hombre mayor llamado Don Julián, levantó la mirada con preocupación.
Don Julián: “No se sabe mucho, pero se habla de que fue Marcos. Todos están temerosos. Nadie quiere cruzarse con él.”
Sebastián: “¿Por qué temen a Marcos? ¿Qué ha hecho?”
Don Julián: “Es un hombre astuto, y muchos creen que no dudará en eliminar a cualquiera que se interponga en su camino. Te ha estado buscando, Sebastián.”
Clara miró a Sebastián, el temor reflejado en sus ojos.
Clara: “Esto se está saliendo de control. Necesitamos un plan.”
Sebastián: “Sí, pero primero debemos encontrar la forma de proteger a los que amamos. Marcos no se detendrá hasta que consiga lo que quiere.”
Sofía: “Debemos unirnos. Si todos en el pueblo se dan cuenta de lo que está sucediendo, Marcos no podrá hacer nada.”
Sebastián asintió.
Sebastián: “Tienen razón. Si nos unimos, podremos enfrentar a Marcos y ponerle fin a su tiranía.”
La decisión estaba tomada. Clara y Sebastián se pusieron en marcha, buscando a otros aliados, convencidos de que no podían dejar que Marcos continuara su juego mortal.
Mientras se alejaban, Clara tomó la mano de Sebastián con firmeza.
Clara: “No importa lo que suceda, enfrentaremos esto juntos. No dejaremos que el miedo nos detenga.”
Sebastián sonrió, sintiendo que, aunque el camino por delante estaba lleno de peligros, su amor y su determinación eran más fuertes que cualquier amenaza que pudieran enfrentar