Nota: El capítulo será narrado en tercera persona y contiene vocabulario altisonante y temas de sexualidad.
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Las fiestas decembrinas marcan un tiempo de dedicación, descanso y decoración en los diferentes país, así cómo en el caso de México donde se inician los festejos a partir del 12 de diciembre a 6 de enero bajo el nombre de Guadalupe—Reyes, los mexicanos tienen la costumbre de celebrarlo en compañía de amigos, familia y pareja mediante posadas navideñas —celebrando nueve días antes de la llegada del niño Jesús—; las posadas se festejan al gusto del presentador.
A Sebastián le sorprendió ver a sus amigos llenar una piñata de golosinas, siempre creyó que eran sinónimo de cumpleaños infantiles, pero en realidad las piñatas son utilizadas en diferentes celebraciones.
—¿Por qué hay una piñata de Rachel? —preguntó Sebastián, inocentemente.
César dejó de rellenar la piñata con una bolsa de dulces y enfocó su mirada en Sebastián, su hermano parecía no comprender de todo los festejos en tierras mexicanas al acostumbrarse a vivir en Estados Unidos, por lo que, hace preguntas tontas en ciertas ocasiones que pueden ser molestas para César de responder. Al contrario de Santiago se limitó a abrir una paleta de caramelo antes de hablar.
—Derek y yo, la hicimos hace dos semanas —respondió Santiago—. Creemos que a mitad de fiesta no estaría mal, desquitar nuestra furia hacia Rachel después de todo el daño que ha hecho.
—Por primera vez, estamos de acuerdo, Cari —dijo César
Santiago y César suelen discutir al mostrar un desacuerdo en los pensamientos tenidos a los diferentes retos de la vida, además ambos tienen una personalidad diferente que los complementa para mantener un equilibrio sino fueran una dinamita a punto de esparcir toxicidad.
—Lógico, y es buena idea —dijo Sebastián—. Rachel, ha estado arruinando nuestras vidas desde la adolescencia y es momento de desahogarnos.
—Yo siempre lo hago —añadió César
Santiago le dio un codazo a su novio.
—Lo hacías —corrigió Santiago
—Cierto —respondió el pelirrojo
Sebastián se unió a rellenar la piñata de Rachel Ashford. En cuestión de horas el apartamento estarían presentes los nuevos amigos que han hecho a lo largo del camino de su vida, le parecía asombroso cada experiencia vivida a partir de abandonar sus costumbres americanas puede sentirse vivo tras estar enterrado por años viviendo una rutina monótona idea para mantener su mente ocupada de sus pensamientos negativos.
Desde su llegada a México pudo volver a reconectarse con sus raíces. Había olvidado las celebraciones que conforman Guadalupe—Reyes y le parece fantástico recuperar la pérdida de su vida anterior, aunque ha tenido modificaciones positivas que eran de su agrado.
—Pensé que recordarías las posadas que asistimos juntos —comentó Jonathan, entregando una bolsa de chocolates.
Los recuerdos de Sebastián últimamente están apareciendo recuerdos del pasado que había olvidado debido al accidente que tuvo a la edad de 14 años. Le parecía asombroso recuperar fragmentos de su vida olvidados, y un recuerdo fue su última posada durante la secundaria donde terminó faltando para asistir a la casa de los padres de Santiago con la finalidad de divertirse un poco fuera de las normas establecidas por los adultos.
Aquella tarde en la casa de los padres de Santiago fue la mejor tarde que tuvo logrando olvidar sus problemas referentes a su sexualidad. Las bebidas alcohólicas, los cigarrillos y la comida fueron una combinación explosiva, al terminar con un dolor agudo en el estómago.
—Un poco —replicó Sebastián—. Recuerdo que estaba Jonathan, Santiago, César, Alexis y yo festejando en una casa con música mexicana, mientras nos embriagamos ese día.
César soltó una carcajada.
—Ese día tuve varios viajes —comentó el pelirrojo
—César, siempre tienes un viaje —argumento Carter
El pelirrojo asintió y retomó el llenado de aquella piñata. Al contrario, Jonathan se limitó a reír por la conversación tenida, siempre recordará las locuras hechas por su primo durante la adolescencia, aunque varios comportamientos tenidos los ha transferido a su vida adulta convirtiéndose en una verdadera molestia.
—Mi padre, me castigo una semana sin dinero por armar tremenda fiesta en su casa —dijo Santiago.
—No fuiste el único —añadió Sebastián.
—¿A ustedes los castigaron? —preguntó César curiosamente
Todos soltaron una carcajada por el cuestionamiento de César.
Casi nunca César era castigado por sus acciones al convertirse en un maestro de las mentiras para ocultar su adicción hacia las drogas que padecía. Escapaba de los problemas creados por hacer cosas que sus padres estaban en contra, pero hubo una ocasión que todo se arruinó causando que todas sus mentiras fueran saliendo a la luz.
La conversación fue interrumpida por el toquido de la puerta. Carter dejó la decoración a su lado para ayudar a revisar quién había interrumpido una plática cómoda y amistosa, su círculo de amigos fue creciendo después de todo el drama padecido en su vida, ahora puede estar tranquilo viviendo en un mundo de caramelos olvidando cada experiencia que lo dejó marcado.