Corazones En El Limbo

Cápitulo 21__Las almas que regresan al mar

La distancia en la Fuente no es espacial, sino vibracional. Aunque el hilo de mi vida terrenal se había cortado, y no existía la necesidad de un reencuentro, podía percibir la resonancia del alma de mi ex-compañero en el vasto mar de la conciencia. Sax me ayudó a enfocarme en ese hilo de afecto puro que nos unió en la Tierra, demostrando que el amor, una vez vivido con verdad, nunca se pierde.

—El amor terrenal que viviste no se desvanece; se transforma en sabiduría —me explicó Sax, mientras observábamos el área de la Fuente donde residía mi ex-compañero.

Su alma brillaba con una luz clara, sin la sombra del dolor que lo había amenazado antes de su noble acto. Él estaba ahora inmerso en su propia evolución, aprendiendo las lecciones que su ciclo de vida le había dejado. Pude ver que su mayor logro no fue el éxito material, sino la capacidad que desarrolló para liberar, un acto de incondicionalidad que lo elevó rápidamente en el plano de la Fuente.

Observamos cómo su alma interactuaba con otras, irradiando esa paz ganada. Sentí una oleada de gratitud inmensa, no solo por su sacrificio, sino por la vida que me regaló. Mi amor por él se había transmutado en respeto profundo.

—El vínculo de la pareja terrenal nos enseñó que el amor es el único bien que se multiplica al dividirse —reflexioné, compartiendo la idea con Sax—. Yo lo amé con tdo lo que era posible en esa vida, y él me liberó con todo lo que era posible en la suya.

Mi relación con Sax se enriqueció con esta visión. Entendimos que nuestro Amor Destino no debía ser una fuerza solitaria, sino un faro que valorara y respetara todos los lazos formados. Él y yo no éramos los únicos importantes; éramos parte de un tejido de afecto más grande. Esta conciencia nos preparó para tareas más complejas en el servicio a la Fuente.

Mientras estábamos inmersos en esa gratitud, la conciencia de mi ex-compañero se movió. Vimos cómo su alma elegía su próximo destino.

—El tiempo no existe aquí; lo que para la Tierra será una vida, para nosotros es un instante —me susurró Sax.

Entonces, presenciamos la descarga de su esencia hacia un punto vibracional distinto. En un parpadeo de la Fuente, vimos el nacimiento. Vimos la sala de un hospital moderno, una nueva familia, y el primer aliento de un niño que ahora portaba el alma de mi ex-compañero. El destino lo había llevado a un ciclo sin ataduras, sin deudas que saldar con el pasado. Era un nuevo comienzo, purificado.

La visión se desvaneció.

—Ya no queda nada que retenga nuestro regreso —me dijo Sax, dirigiendo nuestra conciencia fusionada hacia el centro donde vibraba la Rueda del Olvido—. Él es libre. Y nosotros estamos listos para regresar en nuestro propio turno, con la sabiduría de la eternidad.

Nuestras esencias se prepararon para dividirse. Ya no éramos dos gotas de agua que se liberaban al azar, sino dos gotas que, con propósito, caían al mismo punto en la Tierra.

El último pensamiento que compartí con Sax, justo antes de que la Luz se convirtiera en olvido, fue: “Te encontraré en el primer columpio. Esta vez, el Amor Destino nacerá en la inocencia.”



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En el texto hay: fantasia, destino, amor

Editado: 30.11.2025

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