Corazones en la Tierra

Prólogo

El mundo de Eobresos al principio de los tiempos solo era una masa de agua, volcanes y nada de vegetación, hasta que una ruptura en su núcleo dio paso a la vida misma, sin embargo, todo se separó en diferentes regiones climáticas y elementales, tales como el hielo, el fuego y aquello que llenaba la vista de verde y tierra fértil, el elemento fue llamado tierra. En este ultimo la vida era más interesante, pues era el más colorido, con animales de diferentes especies y razas, plantas de todos los colores y paisajes tan verdes que la belleza podía ser la única descripción de este.

El lado de fuego por su parte tenía temperaturas altas, con animales y vegetación que con el tiempo lograron adaptarse a las altas temperaturas. Y luego la parte de hielo que con bajas temperaturas sus paisajes eran blancos debido a la nieve y el agua congelada, la vida tenía tareas difíciles para existir en este terreno, más no imposibles. Hasta que los dioses se apiadaron de este hermoso mundo.

La diosa Iceline quedó enamorada de la parte más fría y blanca de Eobresos, le parecía un lugar puro y limpio, no había nada tan hermoso ante sus ojos, por lo que tomó un poco de la nieve y con un beso decidió depositar vida en esta parte del mundo llamándola Druzatría que en la lengua de los dioses significaba “tierra blanca y peligrosa”, pues la nieve podía ser pura, pero también llegaba a ser cruel. De aquel beso salieron flores blancas con tallos verdes que perdían ese color por el contacto con la nieve. Animales de pelaje gris y blanco, plumajes pálidos y aunque el agua se congelaba, dentro había peces de escamas plateadas que daban la ilusión de espejo al agua. Toda vida en Druzatría era como la nieve, con ojos grises o azules.

Por otra parte, el hermano de Iceline, el dios Fireborn amaba lo contrario a ella, la fuerza y agresividad del otro lado, aquel que arde eternamente, la tierra de fuego mostraba fuerza y poca consideración por la vida pues la consumía ¿cómo lograr vida en un lugar así? Quizás apaciguando un poco el fuego entregándole una especie de ofrenda. Fireborn miro una rama quemada y de ella hizo un arbusto lleno de flores llameantes, era una buena forma de pedirle permiso a esta tierra que permita criaturas en su territorio, lo cual fue bien recibido y a cambio le entrego una roca blanca con puntos que erosionaban la roca, el dios acarició la roca e inmediatamente animales salieron de ella, con pelajes más escasos y oscuros, aves de plumajes más resistentes como metal, el fuego no los consumía y se extendió por la tierra para dejar nacer plantas que a simple vista parecían carbonizadas, hasta que te acercabas y veías que si habían tonos amarillos y naranjas debajo de la ceniza, los tallos verdes se veían negros, pero eran fuertes para mantener la vida estas plantas.

Todo el esfuerzo de ambos dioses atrajo a Maelis, el dios de todo, el supremo entre todos, el que decide. Vio ambas obras hechas en aquel que era su mundo, y admiro la belleza de ambas partes, sin embargo, no le parecía emocionante, los animales actuaban según sus instintos, las plantas solo se movían con el viento y crecían gracias al sol o el agua, no había más movimiento, no había dramas o criaturas inteligentes, fue en ese momento en el que ofreció a Iceline y Fireborn un regalo, una criatura que podría adaptarse a las tres regiones en las que se dividía el mundo, el hombre.

Ambos hermanos aceptaron y Maelis levantó un dedo que inmediatamente se cortó y de él brotaron tres parejas, a cada pareja los puso en las tres regiones, una en el fuego, otra en el hielo y la última se quedó en la parte más verde. Fijaron primero la mirada en los del fuego quienes inmediatamente se quemaron la piel con el fuego, mas no se consumieron, todo lo contrario, el fuego brilló a través de su piel y entró por la boca de la pareja, aclarando su cabello a un tono amarillento con naranja, y la piel se tornó levemente morena, eran los hijos del fuego ahora y le pusieron nombre a su tierra, Slosalia, que en lengua de dioses significa “Tierra ardiente”.

La segunda pareja no tuvo una reacción tan diferente, el hielo los tomó por sorpresa, pero en lugar de tenerle miedo, recibieron el hielo en un suspiro tranquilo y sonriente, sus cabellos se platinaron al principio y luego se tornó de un color muy negro, sus ojos adquirieron el color azul grisáceo de las otras criaturas, y finalmente aceptaron el nombre Druzatría que su diosa le había puesto a su tierra.

Finalmente, la tercera pareja miró a su alrededor maravillada con los colores de la tierra céntrica, todo lo verde y lleno de flores, animales de todos los colores y se acercaron a beber del agua azul y cristalina que estaba frente al pedazo de tierra y vegetación. Era todo muy hermoso, muy lleno de vida, abrumador de alguna forma. Pero ellos tocaron la tierra, y enseguida ésta brilló, a diferencia de las otras dos parejas ellos no cambiaron el color de sus ojos o su cabello, pero la tierra bajo sus pies si obedeció sus órdenes. Asombrados con el poder de su tierra la nombraron Estrerrenio que para los dioses significaba “la tierra que toco”.

Así fue como los primeros hombres y mujeres poblaron cada uno su pedazo de tierra, con los milenios las primeras parejas murieron y heredaron su liderazgo a sus descendientes, hasta que las tres partes se convirtieron en tres enormes reinos poderosos y llenos de fuerza, el reino de hielo, Druzatría, el reino de fuego, Slosalia y el reino de tierra céntrica, Estrerrenio, los tres reinos formaban el mundo de Eobresos, siendo el ultimo reino el que mantenía la paz entre el hielo y el fuego, pues al ser tan contrarios no lograban sentirse cómodos con la fuerza y los poderes del otro.




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