Corazones en la Tierra

La marca

(Earthia)

Al verlo en la puerta la sangre en mi cuerpo se congeló, era más que obvio que eso sería un malentendido, pero debía explicar lo ocurrido. Rápidamente empujé a Nam Joon y me acerqué a mi esposo, levantando las manos para tocarlo, pero se apartó.

−Ji Min, no es lo que piensas, yo no lo besé, te juro que no vine a buscarlo −dije esta vez sin moverme de mi sitio−. La verdad es que fue solo…

− ¿Qué vas a decir? ¿Que fue solo un malentendido y que solo le dabas respiración de boca a boca? −preguntó con una voz fría y cruel−. ¿Tan difícil es cumplir una promesa para ti y los tuyos?

−Si me permite, su majestad −comenzó Nam Joon dando un paso al frente−, admito que fui yo quien besó a la reina, ella no tuvo ninguna intención de…

Fue en ese momento que vi un bloque de hielo salir de la mano de Ji Min y estrellarse contra Nam Joon, dejándolo fuera de mi vista, pero seguro había terminado contra el muro más cercano porque escuché un golpe fuerte y luego roca cayendo. Pero eso no me preocupaba en lo más mínimo. No al ver esa mirada tan llena de furia en los ojos de Ji Min, que ahora se acercaba a mí amenazante y cegado por sus celos.

Y antes de que pudiera decir algo, simplemente sentí un ardor humillante en la mejilla, Ji Min simplemente me había soltado una bofetada lo suficientemente fuerte para hacerme caer al suelo. Mi vestido hecho de fina seda y varias capas de tela que se movían elegantemente con el viento y el movimiento, que tenían un hermoso color rosa, ahora estaban manchados por el verde del pasto que estaba en mis pies, con algo de tierra y lodo por la humedad. Y ahora no solo el dolor de mi mejilla me estaba molestando con la idea de llorar, sino que la caída me golpeó la pierna derecha en la que caí.

−Dijiste que ya no te acercarías al rey del fuego y que respetarías nuestro matrimonio −la voz de Ji Min era estática y aterradoramente fría−. Puedo ver que no tienes ningún respeto por mi amor ni por mí.

−No Ji Min, eso no es verdad, yo si te respeto y siento algo muy fuerte por ti −respondí conteniendo las lágrimas que ya casi salían−. Fue por eso que quise dormir contigo en nuestra cama y en la mañana fue un momento maravilloso para mí.

−Me sorprende lo buena mentirosa que eres, de verdad es algo interesante −replicó Ji Min arrodillándose frente a mí para verme a los ojos−. Incluso puedo ver tus lágrimas, aunque no sean nada reales.

Ahí me di cuenta que tenía razón, ya había empezado a llorar, mis lágrimas salían sin permiso, sus palabras estaban quemándome la garganta por el llanto que quería contener. No era por el golpe o la caída, algo como eso no iba a hacerme llorar tan fácil. Sin embargo, escuchar ese tono frío en Ji Min era más que suficiente para lograr que llore.

−Muy bien, lo cierto es que eres mi esposa, la mujer que siempre quise tener y no dejaré que nadie te aleje de mí tan fácil −dijo Ji Min poniéndose de pie−. Si no puedo pedirte que obedezcas por las buenas, entonces creo que será por las malas, quizás eso es lo que necesitas −me tomó del brazo e hizo que me pusiera de pie con él−. El rey Nam Joon tiene que irse ahora mismo, díselo querida.

Justo en ese momento Nam Joon se quitó el bloque de hielo derritiéndolo con el calor de su cuerpo y apareció frente a nosotros casi ileso, solo tenía algunos cortes en el rostro y las manos. Y entonces reaccionó muy rápido ante mis ojos. Una bola de fuego salió disparada hacia Ji Min, aunque él pudo esquivar con facilidad el ataque, yo estaba en medio de ambos. Aunque sabía que ninguno de los dos iba a atacarme con intención, era una posición muy peligrosa para quedarme ahí parada, traté de reaccionar, pero mis piernas simplemente no me respondían.

Nam Joon fue el primero en notar mi presencia y no querer hacerme daño, así que se detuvo y se acercó para apartarme del camino o quizás llevarme a otra parte, pero eso disparó aún más los celos de Ji Min. Un frío doloroso se extendió desde mis piernas hasta mi cuello y supe que me estaba congelando, no podía moverme ni un centímetro, miré hacia abajo y vi que, en efecto, mi cuerpo estaba cubierto por hielo que ya no me permitía salir de allí corriendo, pero no fue necesario.

Cuando me di cuenta ya estaba flotando contra mi voluntad, sin un solo movimiento de mi cuerpo, y terminé detrás de Ji Min, era él quien me estaba congelando dolorosamente. Y entonces, comenzaron a pelear usando sus poderes, primero vi varias bolas de fuego que amenazaban con quemar la carne de Ji Min, sin embargo, la piel de este se congeló al grado que el fuego ni siquiera pudo acercarse a dos centímetros, era muy frío para mantener la fuerza de su calor. Ahí Ji Min aprovechó que Nam Joon estaba desconcertado por cómo lo había evitado y lanzó contra él muchas agujas hechas de hielo que amenazaron con atravesar a Nam Joon, esta vez no había manera de que Nam Joon evitara ser el blanco, y en eso un muro de piedra se alzó cubriendo al rey del fuego de los ataques del rey del hielo. Ji Min me miró furioso pensando que había sido yo quien lo estaba protegiendo, pero para su sorpresa Jung Kook estaba detrás de mi alzando el muro con sus poderes.

− ¿Qué demonios creen que hacen en el palacio de la reina Earthia? −preguntó otra voz, era el amigo y senescal de Ji Min, Ho Seok que miraba la escena con furia−. ¡Si no van a respetarse el uno al otro, al menos respeten el palacio de Estrerrenio y a la reina Earthia!

− ¿Por qué se están atacando como salvajes sin control ni cerebro? −esta vez era el senescal de Nam Joon, Seok Jin quien venía para ver a su rey.




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