Capítulo 14: Decisiones difíciles.
"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería mucho menos si le faltara una gota"
~Madre Teresa de Calcuta.
Hace un par de días.
-De acuerdo Harry, cuéntame. ¿Qué condiciones quieres?
-La condición es que vengas conmigo al parque este viernes.
-De acuerdo, ¿qué pasa este viernes?-pregunto en tono seductor cerca de su oreja.
-Podriamos quedar para almorzar y conocernos un poco más. ¿Que te parece?
Me froto la nariz con mi dedo. -Me parece una idea estupenda. ¿Cómo no se me habría ocurrido antes?-digo dibujando una sonrisa de oreja a oreja sobre mis labios.
-Porque yo soy el de las buenas ideas. ¿Recuerdas?
Suspiro y me cruzo de brazos alzando una ceja. -Ya empezamos con tu ego.
Hasta en los momentos que parecen románticos, cortas la magia.
Ahora es él quien ríe a carcajadas. -¿Magia? ¿Romanticismo? Creo que empiezas a delirar y sacar las cosas fuera de contexto.
-Era una broma Harry. Obvio que somos amigos.
-Claro, por ahora lo somos. Ya veremos despues.
**
En la actualidad.
La vida está llena de decisiones. A veces nos dejamos llevar por una corriente eléctrica que hace que cometamos el peor error de nuestras vidas. Pero, para ganar en esta vida hay que tomar riesgos. Y empezaba a querer arriesgarlo todo por aquello que anhelaba, por lo que sentía en el momento
Siempre me he andando con excusas. Y creo que merezco ser feliz a pesar de que la vida se empeña en enfrentarme a situaciones complicadas.
Primero la muerte de mi padre. Una que siempre dolerá en el alma, el cáncer lo arrastro a abandonarnos. No hubo muchas opciones, a pesar de que se llevó cuatro años luchando contra él.
Mamá, mis hermanos y yo sufrimos muchon con su pérdida. Tuve que ir a muchos psicólogos, mis notas llegaron a bajar, pero mi madre habló con los profesores para que me repitieran los exámenes y tratasen de entender mi situación.
Y gracias a eso pude subir mis notas. Desde entonces me esforcé mucho y traté de sobrellevar la pérdida como pude.
Mamá y yo hemos estado hablando esta tarde durante horas. Me ha puesto al día sobre el panorama que hay allí. Dice que los médicos cada día piensan que Will está a un paso más cerca de despertar. Cuándo me lo ha dicho el corazón me ha dado un vuelco, estaba feliz, y sentía como la presión del pecho se iba poco a poco y la tensión en mis músculos disminuían.
También me ha contado sobre su nuevo trabajo en Nueva York. Me ha dicho que es la oportunidad de su vida, para poder ejercer un trabajo que ha deseado desde que tenía uso de razón.
Yo le he animado a que vaya, pero cuándo ha mencionado que debía dejar a mi hermano Will solo al aceptarlo, he cambiado de opinión.
¿Por qué la vida todos los días se encarga de ponernos retos? Es como si no tuviéramos suficiente con existir y enfrentarnos a las personas que rodean nuestro entorno, cuyas pueden ser buenas, pero también malas.
Y me llama la atención que la mayoría de las personas malas, siempre son las que más lastimadas pueden llegar a estar.
Aunque, en absoluto lo justifica. Por más lastimado que una persona esté, deberían de buscar otras salidas y no pagarlo con los otros. Existen las terapias, y las personas que te importan, a las que les importas.
Y toda ayuda siempre es bienvenida.
Por suerte para mí, he crecido sabiendo cuando debo pedir ayuda. No dejarme llevar por mi orgullo, y sobre todo a fortalecer mi espíritu con optimismo y ganas de luchar tanto por los míos, como por mi misma.
Tal vez mi hermano mayor, pueda estar pendiente. Él tiene un trabajo de contable en Bulgaria, solo que tal vez sería cargarle con mucha responsabilidad, al menos para él solo.
Mis hermanos mellizos por otro lado, están también afuera estudiando. Es como si de alguna manera estuviéramos huyendo del pasado.
Sobre todo de la tragedia que rodea a mi familia. La pérdida.
Camino hacia la cafetería Wilmore de la calle Bond. Está a varios metros de la universidad, así que cojo el bus. Para mi suerte hoy hay poca gente en la parte de arriba, así que subo. Se ven unas vistas impresionantes.
**
Estaba pasando una tarde agradable con Skye en la cafetería Wilmore.
La gente solía pasear por allí y se podían ver por aquellos cristales de las ventanas, que eran enormes.
Estábamos sentadas en unas de las mesas del fondo, los butacones eran súper comodos y por no hablar de aquellas tostadas con jamón y queso que te preparaban. Estaba para chuparse los dedos.
-Deberiamos venir más a menudo. ¿No te lo parece?-pregunto y doy un bocado a mi bocadillo, cierro los ojos para disfrutar el sabor y la sensación que siento al comerlo.
-Sí. Tienen buena comida y el sitio es bastante agradable-dice Skye restandole importancia. Esta pendiente al móvil durante un buen rato, y a penas me mira cuándo me contesta.
Esta rara. ¿Qué tanto mensajea? No es por ser cotilla o entrometida. Pero, podría prestarme atención. Es de mala educación cuando esta con una persona ponerse a hablar por el móvil.
En mi opinión, es bastante incómodo.
-Eh, Skye. ¿Estás aquí? O ¿en otra galaxia?-digo moviendo mis manos cerca de su cara para que me note.
Tal ves pueda parecer un poco pesada. Pero, cuándo hablo me gustaría que me mirasen a los ojos. Y me preocupa verla así.
Levanta la vista de la pantalla y me mira con los ojos muy abiertos.
-Eh... sí. Es solo que...yo... emm... -tartamudea leve hasta que finalmente respira hondo y continua hablando. -Últimamente he estado un poco despistada. Solo es eso. -dice sonrojandose leve. Sus mejillas están como un tomate, que hace que resalte sus hoyuelos.
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Editado: 21.04.2021