Corazones imperfectos (2024)

EPÍLOGO

PABLO

Mientras Candela y el resto del mundo dormía, yo sostengo en brazos a mi hija. Mi hija…suena tan extraño…Me enamoré de ella nada más verla, al igual que lo hice de su madre. Jamás pensé que alguien como yo pudiera tener un final feliz. Soy un perro con suerte…

Al asomarme a la ventana, puedo ver el cielo estrellado en todo su esplendor, y en lo más alto, una estrella brilla más que las demás. Recuerdo la historia que Candela solía contar a los niños del convento y sonrío como un imbécil.

Sofía ha estornudado y toda mi atención se centra en ella, cuando compruebo que todo está bien, vuelvo a mirar al mismo punto de antes, la estrella parpadea con fuerza y desaparece ante mis ojos. ¿Sería aquello verdad? ¿Podría ser que Sofía, mi hermana, me estuviera haciendo saber que siempre estuvo ahí?

Vuelvo a mirar a mi hija dormida, es tan bonita y perfecta que si por mí fuera, nadie más la vería jamás, pero dudo mucho que Candela estuviera de acuerdo con eso. Candela…esa chiquilla que hizo que mi muerto corazón volviera a la vida, es la mujer que amaré hasta el fin de mis días.

 

CANDELA

Por fin en casa, sólo nosotros cuatro. Mi pequeño refugio, la familia con la que tanto soñé… Ahora sé que todo lo que tuve que vivir, mereció la pena y lo volvería hacer si el resultado seguía siendo el mismo. Jamás creí encontrar a nadie a quien amar y que me amara a pesar de mi condición, sólo a Pablo se le ocurrió hacerlo, no podía ser otro. Ya no quedaba nada de aquel chico solitario, triste y atormentado que conocí, su corazón había sanado, y al fin supo ver más allá de su propia oscuridad, dándose el valor que merece y la oportunidad de amar y de ser amado.

Tanto al Pablo del pasado como al de ahora los amo y los adoro, pues si no hubiera existido el primero, nunca hubiera podido llegar hasta el segundo. Verlo ahí sentado, con nuestros hijos, hace que mi corazón se llene de alegría. No creo que haya algo más bonito que ver al amor de tu vida convertirse en padre… Estoy muy orgullosa de ellos, de poder tenerlos junto a mí  y que sean tan míos, como yo tan suya.

Alan…Sofía…Pablo…Gracias por llegar a mi vida. Os amo infinitamente…y eso que esta historia no ha hecho más que empezar…

FIN




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