Capítulo 11

Narrador Omnisciente

Las cosas se estaban saliendo de control para algunos y mientras Derek ideaba un nuevo plan que mantenga patas arriba la vida de Kira Weigart, Ivy Ferguson se divertía cada noche como solo ella podía hacerlo en tan encantadora ciudad, botella tras botella y trago tras trago en una discoteca era su manera de divertirse, sin compromisos y muchos corazones por romper durante la escandalosa noche, pretendientes iban y venían, pequeños lobos tratando de cazar una presa que parecía indefensa, pero podía sacar las garras en cualquier momento, hasta que un nuevo hombre se le acerco y logró llamar su atención, pero que trágica escena la que se dió cuando el gran Elixir de los clubes supo quien era en realidad su acompañante, y los planes que pretendía llevar a cabo con su ficha principal: ella.

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Derek Oltmans

Repaso otra vez la misión de hoy y me dispongo a dar órdenes, es necesario que la mercancía llegue sin problemas a su destino y es por eso que mis hombres de confianza toman mi lugar en la entrega.

- Señor, todo está en su lugar, estamos listos - me dice uno de mis hombres, con un asentimiento lo sigo y entro al auto blindado que me transportará. Como cabeza debo asistir, pero mi seguridad es primordial lo que me hace permanecer dentro, el intercambio se realiza en zona abierta, como en toda reunión de negocios llegamos a tiempo y de inmediato cada uno ejecuta su papel. Veo como de otro auto baja un hombre con un maletín que supongo debe tener mi dinero, y luego de que ambas partes confirman que todo está según lo acordado se cierra la negociación.

El problema aquí es que en la última negociación no nos dieron el dinero completo, y nadie le roba a un Oltmans y vive para contarlo, en cuestión de segundos la escena se vuelve una masacre, mis hombres disparan al enemigo con tiros certeros y como los agarramos de sorpresa, nisiquiera tuvieron tiempo de desenfundar sus armas, cumplimos con lo que vinimos y luego de traer de vuelta la mercancía a nuestro camión, nos marchamos.

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Narrador Omnisciente

El almuerzo en la prisión era igual que cualquier otro día, lleno de escándalo, desorden y grupos de presos hablando entre sí, para algunos el hecho de tener alimento, ropa, y atención médica era más que suficiente para no necesitar la libertad, pero para otros era más complicado ya que, sin importar como la decores, una jaula sigue siendo una jaula.

Y quién pensaría que el 5% logró escapar de esa jaula, aprovechando una gran oportunidad porque puede que no lo parezca, pero hay reglas en cualquier reclusorio, la más importante es que en cuanto te ven débil, lo eres y para sobrevivir necesitas usar la astucia.

BOOM!!!!

Sin lugar a dudas todos escucharon la explosión proveniente del patio, Kira, que se encontraba sentada en el mismo rincón de siempre vió el enorme hueco que se formó en la pared del fondo, y la gran cantidad de personas que trataban de escapar por allí, el bullicio, las personas corriendo, los policías gritando... no se quedó a escuchar más, se levantó y en medio del caos se lanzó a correr, a lo lejos vió a Catherine, pero esta no buscaba la salida, solo la miraba con algo de nostalgia y pese a haberse dicho una y otra vez que no necesitaba a nadie con ella, regresó a buscar a la chica.

-Hey!!! Qué esperas? Ven - le gritó por encima de las voces, pero la chica seguía mirando el hueco sin siquiera pestañear, y fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba en shock, más de cerca podía ver su mirada perdida y quiso ayudarla.

Se acercó hasta llegar a su lado y la tomó por un brazo ayudándola a pasar entre la gente porque sí, estaba rota, pero eso no le iba a impedir ayudar a quien rompieron por igual.

Dejaron el caos atrás y se alejaron de aquel hueco, Kira dio un respingo cuando alguien la tocó por el hombro haciéndola voltear, pensó que era un guardia, pero no llevaba uniforme y definitivamente no se veía con ganas de regresarlas por donde vinieron. Algo en ese chico de piel morena y ojos color miel le inspiraba confianza, pero tampoco se dejaría llevar totalmente de un desconocido, no podía seguir cometiendo el mismo error una y otra vez, y el chico no se detuvo a hacer amigas nuevas, claro que no, la agarró de la muñeca y empezó a correr esta vez sujetando a Kira, y Kira sujetando a Catherine.

Sin una razón definida, los tres corrían en la misma dirección y no es que las chicas tuvieran muchas opciones porque no había mucho lugar para refugiarse sin que las atrapen. A lo lejos vió una camioneta y su incertidumbre se convirtió en sorpresa cuando reconoció a la persona que los esperaba allí, era la misma chica que la visitó para darle una gotita de esperanza y todo cobró sentido... su visita, la explosión, el chico que las estaba guiando, las piezas empezaban a encajar y terminaban con ella, con su posible ángel de la guarda, tal vez Catherine no estaba tan equivocada después de todo, entre tanta oscuridad, una gota de luz siempre genera esperanza.

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