36. Laurina y la chica llamada...
Emma
Los padres se fueron sin decir unas palabras más, no entiendo el porque y mucho menos corazón en estos momentos.
Al cerrar la puerta, comencé a llorar, no podía con esto.
¿Por qué no me querían?
Tocan la puerta. Es Flavia.
—Pero que te pasó —pregunta al verme llorar
—No nada, cosas de adultos
—Ay que te hizo ese Manuel de mierda. Sabía que algún día llegaría su fin —dice molesto
—No fueron sus padres que me pidieron que me alejara de su hijo sino me metería en problemas.
—Oh.. no te alejes, solo busca que su hijo ande con otra pero el te quiere a ti ¿No?
—Si, tienes razón. Me quiere a mi
La puerta se abre y es Manuel quien no se da cuenta de mi y se va de largo a la habitación. Voy detrás de él pero, no logro llegar.
—Manuel... Podemos hablar...
—Ahorita no, necesito tiempo
¿Tiempo para qué?
—Que tiempo? Acaso...
—Ahora si —sale de la habitación con otra ropa, de repente me comienza abrazar con fuerza y me da un beso en los labios. Que tierno que esta, eh.
—Y a ti que mosca te pico?
—Ninguna, solo te amo —sonríe
Que extraño...
Saludo a Flavia quien ya no estaba como ella sino él, mi Javier. Y cenamos los tres unos fideos a la italiana con jugo de fresas.
—Como te fue en el trabajo? –pregunto
—Bien
Comimos son decir ninguna palabra y sentía que era extraño su comportamiento.
****
Al día sgte.
—Manuel haz visto a...
—¿Que? Lo siento es que tengo que irme —dice apresurado.
—Ah... Ok olvídalo... Ve
Se acerca y me besa en la frente —No olvides que te amo y que puedes decirme lo que sea ¿Ok?
—Lo sé amor, ya ve
Mi palabra fue la última en escuchar la casa, se fue con su mochila hacia su trabajo.
Hasta cuándo se terminará el amor, cada día me enamoró más de él.
MANUEL
Salgo de casa directo a la cafetería. No puedo creer que Laurina nos haya mentido de esa manera y como esa chica hermosa me ha ganado mis ojos.
No, no estoy enamorado de ella. Solo que tiene algo que me llama la atención. Yo amo a Emma y eso jamás va cambiar.
Entro a la cafetería y me siento en el mismo lugar. Y ahí esta Laurina con su ropa de mesera, al parecer se va acercando aquí. Me tapo con un periódico hasta que venga.
—Bienvenido a Starbucks, ¿Qué le gustaría pedir? —dice
—Bueno quisiera... —me quito el periódico para verla, ella queda sorprendida, —Un café tradicional
—Manuel... Tú no deberías estar aquí, yo... No, nooou —dijo, comencé a reír. Había descubierto su secreto.
—Tranquila no le diré a nadie, querida mesera
Un mensaje de texto recibo.
Emma <3: Tenemos que oficializar nuestra relación. No podemos seguir ocultándolo.
: Ok, cuando vuelva a casa lo decimos.
Emma <3: Manuel... Yo iré luego del trabajo al tuyo
: No, hoy estaré más temprano en la casa. Tú sigue en tu trabajo. Me tengo que irme a trabajar, byes
No dije nada más, odiaba mentirle a Emma sobre ello pero no tenia otra opción. Tengo que trabajar en algún lugar, algo que sea fácil para mi... Algo como este. Este.
Me paré del asiento para caminar hacia donde estaba Laurina.
—Donde esta tu jefe? —pregunto
—No hice nada, por favor no me despidas
—Quiero hablar con él
De repente se acerca la chica hermosa y me señala la puerta de su jefe, agradezco con señales, la cual si entiende. Entro, el jefe andaba con papeles.
—No debería estar aquí, no es lugar para los clientes
—Quiero trabajar aquí
****
Noticia último minuto: Emma y Manuel confirman su relación a nivel mundial.
Es una noticia que se supo en días anteriores y era raro que no lo confirmarán. Me alegra que ellos anden juntos, hacen bonita pareja. El empresario Manuel y la bloguera Emma.
La noticia transmiten y la gente se alegra, estando como mi segundo día trabajando, veo a cada persona disfrutando de esa noticia.
—Manuel felicitaciones —dice Sofia... La chica hermosa
—Gracias
Así que Laurina y la chica hermosa llamada Sofia van a trabajar conmigo.
****
Escribo este día en la historia que ando escribiendo. Ya es hora de que Emma escriba su parte de la escena, aunque ella no verá lo mío y yo el de ella tampoco.
Salgo de mi hora libre para volver a trabajar. Miro a los clientes y uno de ellos se queda mirando sorprendido... Javier me vio.
Descubrió mi secreto. Caray!