Habían pasado solo cinco meses desde que lo arrestaron, pero Coreus ya tenía un plan que no podía fallar. Durante ese tiempo, había congelado el Cyborg, sabiendo que, si la situación se volvía crítica, podía activarlo en cualquier momento. Solo necesitaba hacer un pequeño clic bajo su oído para que el Cyborg llegara hasta su celda. Los militares que lo custodiaban reaccionaron de inmediato, pero el Cyborg disparó con precisión, abriendo un camino hacia la libertad. Los soldados intentaron repelerlos, disparando sus torretas, pero nada pudo detenerlos.
Una vez fuera de la cárcel, sabían que el gobierno no tardaría en encontrarlos. Así que Coreus, decidido a dar el siguiente paso, optó por hacer la transición de conciencia. Él y el Cyborg se metieron en dos cápsulas conectadas entre sí, y la transición comenzó.
El gobierno pronto supo que Coreus iba a su casa. Fueron tras él, sabiendo que su refugio era el siguiente objetivo. La transición de conciencia avanzaba lentamente, con el 50% completado cuando los militares irrumpieron en su hogar. A pesar de los esfuerzos por encontrarlo, Coreus ya estaba casi completamente fusionado con el Cyborg.
Cuando la transición alcanzó el 70%, los soldados llegaron, y en cuanto estuvieron cerca, uno de ellos disparó a Coreus. El golpe parecía fatal.
O eso era lo que pensaban ellos.
El Cyborg abrió los ojos, y en un instante, de su hombro emergió una metralleta. De su muñeca, salió un misil, disparando a todos a su alrededor. El Cyborg ya no era solo una máquina. Ahora, era Coreus, solo que su cuerpo había cambiado. Con esa nueva forma, se dio cuenta de que tenía que recuperar el cristal y arrebatarle el prototipo a Max antes de que fuera demasiado tarde y lo terminara.
#650 en Ciencia ficción
#4300 en Otros
#832 en Acción
objetos magicos y eventos inexplicables, amor celos amigos, traición engaño odio
Editado: 01.04.2025