Corona De Lagrimas.

Capítulo 2.

(Una nueva etapa para Eduard y recuerdos del pasado que nunca se olvidan).  
Semanas Después.  
Como era de costumbre, todos los días desde muy temprano el Sr. Ricardo se marchaba a la empresa familiar. Últimamente, después de la graduación de su hijo decidió trabajar con más frecuencia en la empresa que se encontraba cerca a su familia.  
… 
En aquellos días, era el cumpleaños de Maribel… Eduard en compañía de su hermano menor Esteban decidieron hacerle una pequeña sorpresa, era una de las fechas mas importantes para ellos y debían celebrarla con mucha alegría.  
Después de decorar toda la sala de la lujosa casa, se dirigieron a la habitación de la madre… antes de entrar Anna María y Mariana descubrieron lo que planeaban sus dos hermanos y se unieron a la sorpresa, inmediatamente cuando iban a ingresar a la habitación de su madre, tocaron el timbre de la puerta principal.  
—Y ahora que... —Comento Eduard entre risas. 
—Silencio hermano vas a despertar a mamá antes de tiempo... —Dijo Anna María en voz baja.  
—Recuerda que es una sorpresa. —Concluyo.  
Esteban se dirigió a la puerta y al abrirla vio que se trataba de su abuela la Sra. Marlene la cual la recibió con un abrazo.  
—Que sorpresa abuela, bienvenida. —Dijo el muchacho.  
—Buenos días mis niños, no me perdería una fecha tan especial como esta. —Respondió la mujer.  
La Sra. Marlene ya había envejecido bastante, se le notaban sus arrugas alrededor de los ojos y el cambio de su cabello color negro a blanco era notable, sus pasos cada día se hacían más lentos. En sus manos traía un pastel de cumpleaños que luego de haber entrado a la casa lo llevo al refrigerador.  
—¿Ahora si están listos?. —Pregunto Eduard una vez más.  
—Una, a las dos, a las tres!. 
—¡Sorpresa!. —Todos gritaron de felicidad.  
Al entrar a la habitación con una gran sonrisa y el corazón estallado de felicidad, fueron ellos los que se llevaron la sorpresa del día... Maribel se encontraba observando una fotografía. Mientras la observaba, deslizaba sus dedos sobre esta y las lagrimas caían sobre la foto, de sus ojos llovía la tristeza de aquellos viejos recuerdos… los dolores del pasado eran difíciles de olvidar.  
El amargo recuerdo de la pérdida de su madre, Clara… a la que recordaba por siempre, pero aún le dolía su ausencia por los pocos recuerdos que le quedaban de ella, fueron tan cortos los momentos a su lado, que al paso del tiempo los iba olvidando y ahí era el dolor tan grande, el olvido. Tiempo después la muerte se llevó a la Sra. Adelaida, mujer que se hizo cargo de ella luego de la muerte de Clara, precisamente falleció uno de los días de su cumpleaños… por esa razón aquel día no era tan especial para Maribel. Amargos recuerdos que la vida le volvió a recordar en los momentos menos esperados.  
—Que te sucede madre, ¿dime estas bien?. —Pregunto Eduard.  
La Sra. Marlene sabía muy bien lo que estaba por venir y entendía muy bien lo que le sucedía a Maribel en ese momento. Ella había sido testigo de aquellos trágicos momentos en la vida de su nuera, ya muchos años atrás... se dio media vuelta y le dijo a sus nietos. 
—Su madre estará bien, niños… hablare un momento con ella, por favor esperen afuera.  
Los cuatros hermanos salieron de la habitación sin ninguna explicación, sin decir palabra alguna se sintieron tristes ya que no acostumbraban a ver llorar a su madre. En eso consistía la vida… de alegrías y tristezas, aunque la de ellos estaba mas cargada de tristezas por eso  aprovechaban los pequeños momentos de felicidad, aunque también ahí estaba la tristeza presente para una vez más arrebatarles la dichosa felicidad.  
… 
Marlene se acerco a Maribel, le dio un fuerte abrazo, luego le tomo las manos con fuerza y le dijo. 
—Se fuerte hija. Te lo pido. No fue fácil la despedida, incluso cuando no hubo despedida y todo pasó de repente.  
—Como olvidar aquellos días, en los que todo era gris, triste y sin ganas de vivir.  
—Lo se, pero no lo digas más, ellas están en el cielo y también viven en tu mente y tu corazón. Recordar es vivir, por mas duros que sean los recuerdos. No te entristezcas más hija, ellas están en un mejor lugar, debes estar feliz y más hoy que a pesar de todo lo que paso en el pasado, es tu día y debes estar alegre no solo por ti, si no por toda tu familia, tus hijos están desmoronados al verte así, por favor tiene que ser feliz.  
—Si Marlene tienes toda la razón. Por más duro que sea este dolor que siento debo continuar. Por mis hijos.  
—Así es… 
Mientras esperaban que la puerta de la habitación de su madre se abriera, para así escuchar una explicación a muchas de sus dudas que rondaban en sus cabezas. Pasaron varios minutos a la espera, más de veinte, así llevaba el tiempo calculado Eduard que después de tanta espera se levanto de la silla y dijo.  
—No puedo esperar mas, voy a entrar y saber que es lo que sucede.  
En ese instante Mariana se levanto y contesto.  
—Debemos esperar, creo que a mi madre le sucedió algo muy terrible para estar así hoy en un día muy especial para ella... ten calma Eduard, espera… ya nos explicará lo que sucedió.  
En ese momento la Sr. Marlene salió de la habitación. Mirando fijamente a los muchachos, y ya reunidos en la sala, suspiro. Debía darles una explicación sobre el por qué la tristeza de su madre. 

Eduard no dudo en ningún momento en preguntar.  
—Que sucedió abuela, ¿por que mi madre esta así, dime algo por favor?.  
—Tranquilo hijo, todos tenemos un pasado triste que llega de repente para ser recordado y eso es lo que esta sintiendo tu mamá en este instante… reviven tantas historias que aun ustedes no conocen de verdad. —Respondió.  
—¿A que te refieres abuela?. —Pregunto Esteban con clara duda.  
—No se por donde debo empezar... —Admitió la Sra.  
—Por donde todo empezó abuela, solo Cuéntanoslo... —Comento Mariana.  
Los cuatro quedaron a la expectativa y la abuela empezó a narrar todos aquellos sucesos… incluido la muerte por leucemia de Clara, la madre biológica de Maribel, como se conoció con Ricardo y por último la muerte de la madre adoptiva, Adelaida un día del cumpleaños de Maribel… dos sucesos que la marcaron para siempre.  
Todo aquello sorprendió a los hijos de Maribel. Valoraron aún mas su fuerza de voluntad para seguir en pie ya que no se imaginaban el dolor tan grande que se podía sentir en aquello tan tristemente ocurrido. Quedaron en silencio por varios minutos.  
Pero aquel sepulcral silencio lo rompió un nuevo acontecimiento, que les hizo levantar los ánimos luego de tanta triste verdad. La Sra. Maribel salió de su habitación y entro a la sala donde todos estaban reunidos. Su semblante había cambiado, llevaba puesto un vestido color blanco el cual era adornado con pequeñas perlas brillantes en los orillos del cuello y las mangas. Zapatillas doradas, un collar de perlas y en su mano derecha llevaba puesta la argolla matrimonio hecha en oro puro, la cual brillaba sin cesar. su pelo color negro que no llegaba mas abajo de los hombros resaltaba con el color profundo de sus ojos, verdes idénticos a los de su hijo mayor Eduard.  
Todos al verla la vieron con amor. El día había cambiado de manera especial. Aquel día, nada podía robarles la felicidad. 
 




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