Coronada por el destino, marcada por el deseo

Capítulo 79

Tejiendo Nuevos Lazos

Alaric

La batalla había quedado atrás, pero sus ecos aún resonaban en cada rincón de nuestro territorio. Más que heridas físicas, sentíamos las cicatrices del miedo, la incertidumbre… y también la determinación de reconstruir.

Desde temprano, la manada se movía con propósito. No era solo reparar muros o afilar armas. Era reconstruir la confianza, fortalecer los lazos que nos unían y sembrar las bases para un futuro sólido.

Caminaba entre ellos, observando a los guerreros entrenar juntos, a las madres enseñando a sus cachorros, a los ancianos compartiendo historias bajo la sombra de los árboles.

—Esta manada es más que sangre —pensé—. Somos historia, somos presente, somos futuro.

Alaric apareció a mi lado, con la mirada clara y una sonrisa que parecía prometer nuevas oportunidades.

—He estado en contacto con los emisarios del Reino del Sur y con los clanes de las montañas —me dijo—. Quieren reunirse con nosotros. Proponen un pacto de protección y comercio.

Su voz me llenó de esperanza. No podíamos vivir encerrados en viejas rivalidades o miedo al cambio. Debíamos abrirnos, aprender, y fortalecer nuestros vínculos más allá de nuestras fronteras.

—Una red de alianzas —musité—. Si unimos nuestras fuerzas, seremos invencibles.

Decidimos convocar un gran encuentro, un consejo extendido con representantes de otros reinos. Sería la primera vez en décadas que nos abriríamos así.

Mientras se preparaban los campamentos y se enviaban las invitaciones, dediqué tiempo a reunir a los jóvenes de la manada.

—Escuchen —les dije—. Lo que viene no solo se gana con la fuerza, sino con la unidad, la sabiduría y el respeto. Ustedes son el futuro de esta manada. Deben aprender a caminar junto a otros, a escuchar, a compartir.

Vi cómo sus ojos se llenaban de fuego y orgullo.

En las noches, al lado de Alaric, repasábamos los planes para la gran ceremonia de bienvenida a nuestros nuevos aliados. Sabíamos que cada alianza traería sus desafíos, pero también nuevas posibilidades.

Porque la fuerza de la manada no solo está en la sangre que corre por nuestras venas, sino en los lazos que construimos con aquellos que caminan a nuestro lado.

Y mientras la luna brillaba sobre nosotros, sentí que estábamos listos para ese nuevo capítulo. Unidos, no habría oscuridad que pudiera vencernos.




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