Coronada por el destino, marcada por el deseo

Capítulo 85

(Epílogo)

Legado de la Luna

Escrito por Lyra, Guardiana de Memorias

"No heredamos solo la tierra ni el poder de nuestros ancestros... heredamos sus decisiones. Y el valor de elegir mejor."

Escribo esto a la luz de una luna que ha sido testigo de generaciones, de guerras que rasgaron la tierra y de amores que la volvieron a unir.

Hoy, la aldea canta. Las flores han vuelto a nacer en primavera, y las risas de nuestros pequeños no temen los ecos del pasado. Vivimos en paz, pero no por olvido. Vivimos en paz porque recordamos.

Mi madre, Jessed, fue mucho más que una reina. Fue la llama que no se dejó consumir. La loba que eligió amar con furia y sanar con compasión. A su lado, Alaric —padre, alfa, compañero de alma— construyó el mundo que hoy pisamos.

Nuestros nombres —Kaelen, Eryon, Seren, Darian, mis hermanas pequeñas y yo— no son solo sangre de líderes. Somos ramas de un árbol que creció con raíces profundas en la luna, y hojas nuevas bajo un cielo sin miedo.

Y ahora, como Guardiana de las Memorias, he sellado en este códice las enseñanzas que deben perdurar:

El Legado de la Luna:

Uno.
Quien nace con marca no es esclavo del destino, sino forjador de su camino.
El poder no define, pero sí revela.

Dos.
La manada es más que vínculo de sangre. Es elección, pacto y escucha.
La manada se construye con respeto. Y se defiende con amor.

Tres.
El enemigo puede venir con rostro familiar. Pero también la salvación.
Lucan fue sombra y también advertencia. Y aún en él… hubo dolor.

Cuatro.
Los hijos no son continuaciones. Son nuevos comienzos.
Permíteles ser distintos. Que escuchen su propio aullido.

Cinco.
La luna no castiga ni premia. Solo refleja.
Si te ves perdido, mírala. Ella mostrará tu verdad.

Hoy, en los bosques del norte, en los valles del este, y en los acantilados del sur, hay nuevas manadas nacidas de antiguos enemigos. Los hijos de antiguos rivales ahora juegan juntos. Las historias contadas alrededor del fuego ya no son solo de guerras. También son de reconstrucción.

Y un nuevo corazón late en el vientre de la tierra. Una niña ha nacido bajo un eclipse.
Mi sobrina menor, de ojos lilas y sonrisa salvaje, llamada Nerya.
Dicen que soñó con una loba de plata y con una corona de estrellas.

¿Será ella la siguiente?

No lo sé.

Pero lo cierto es que la historia nunca termina.
Solo cambia de voz.

Y mientras haya alguien que recuerde, alguien que proteja…
la luna seguirá iluminando el camino.

Firmado: Lyra, hija de Jessed y Alaric
Guardiana de la Memoria Lunar, Año 18 del Renacer




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