Coronas y Palacios

Capítulo IV

Un trueno retumbó en el cielo. Los pajaros volaron asustados. Los animales se escondieron en sus madrigueras y cuevas. La lluvia se aproximaba y la princesa aún no llegaba a la cabaña.

Las gotas de lluvia cayeron mojando todo a su paso. Para dar camino a una fuerte lluvia. Elena maldijo para sus adentros mientras corría por refugio. Entró a una cueva. Se sentó y suspiró.

—Le romperé las bolas a Felipe de una patada.. Todo es su culpa.. Ahora estoy empapada... En una sucia cueva con un...

Un gruñido se escuchó

—¡OSOO!—gritó y corrió por su vida mientras el oso la perseguía—¡Diablos. Diablos diablooss! ¿por que a mi?—preguntó mientras corría por su vida.

Entró a la cabaña y cerró fuertemente la puerta. Su respiración era agitada y su cabello se pegaba a su rostro. Felipe la vió curioso y se acercó a ella:

—Hey. Por que estas asi de...

¡Pum! Patada en las bolas.

El principe cayó al suelo y se retorció de dolor.

—¡La próxima vez que me quieras aqui. Por lo menos revisa si el maldito clima es adecuado. O tendrás mi tacón en el culo! ¿me oiste?—amenazó.

El principe se levantó mientras asentía y se iba cojeando al sillón.

—Eres una fiera.

—Y tu un dramático que me hizo correr por la lluvia mientras un maldito oso me perseguía.

Felipe comenzó a reir.

—¿Te persiguió un oso? Venderia mi riñon para poder verte gritar y correr.

Elena muy molesta se acercó con un puño alzado.

—Bien me callaré... Toma asiento.

Elena se sentó mientras resoplaba con molestia.

—¿Que quieres?

—Queria verte. Pero si estas tan agresiva puedes irte.

Elena miró a la ventana y observó como caía granizo.

—Si me voy. Con granizo. Y con un oso hambriento y suelto. Si acabo muerta me las pagarás.

—Estarás muerta no podré pagarte—Felipe se encogió de hombros.

—Jalaré tus pies—respondió casualmente.

Felipe abrió los ojos como platos y se quedó observandola.

—Ya enserio ¿Para que me necesitas?

Felipe se levantó y se acercó a ella. Sin dejar de observarla. Se acercó más y estampó sus labios con los de ella.

El beso fue corto pero lleno de emociones. La que más resaltaba era el amor y lujuria.

La pasión del amor estaba presente mientras la ardiente lujuria los quemaba por dentro.

Felipe se separó lentamente y la miró a los ojos. Los azules ojos de Elena brillaban y Felipe habló:

—Para esto...—el no quería dejarse llevar por la lujuria pero no aguantaba más. Asi que comenzó a besar el cuello de Elena para luego bajar a sus pechos y besarlos. Elena era una maravilla de mujer. Muy deseada. Y el hecho de que ella se dejara hacía sentir poderoso a Felipe.

Elena lo besó mientras dejó entrar su lengua. Sus manos acariciaron el ondulado cabello de Felipe para luego bajar a su pecho y deslizarse lentamente por su torzo para acariciar sus joyas reales.

Y se dejaron llevar por el momento. Cabe aclarar que no hubo sexo pero si caricias subidas de tono.

*************

No sienten calor? *se abanica dramaticamente con su mano* prenderé el aire acondicionado...

*prende el aire acondicionado mientras toma agua y se queda viendoles*

Oh claro.. No tengo mucho que decir pero bueno. ¿Galletas? Las hice con amor para ustedes 🍪✨

Nos vemos en el próximo cap. Tomen awa. Cuidense. Abriguense. Coman y no olviden comer una galleta

Kises ❤✨




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