14/02/2008
Todo es un misterio. ¿Qué está pasando?
¿Qué esperan de mí? ¿Por qué me hacen esto? ¿Qué hice para merecer esto?
Creo saber qué, no hay duda de ello. No soy una buena persona, aunque aparento lo contario. A mí me gustaría que los demás vieran quien soy realmente, porque si les cuento la verdad, la mayoría no me creería para nada. Todos lo tomarían como que estoy exagerando o algo así. Pero no es el caso, desgraciadamente no lo es.
No obstante, ellos lo saben. Aun así, están aquí conmigo, esperando que haga algo. Algo que no quiero hacer.
Abrí mis ojos para ver el techo de mi habitación, con mi frente perlada en sudor, siendo mi respiración algo agitada y estando mis manos temblando. Esta vez mis pesadillas habían tomado un rumbo diferente, el miedo que me causan no es el mismo de antes.
En aquel día se cumplía el mes de la muerte del padre de mi amigo. Ya habían pasado treinta días desde que Josue se fue al «otro lado», donde en esos momentos estaba viviendo con sus abuelos. Kaleb y Sarah no me decían nada de él, sólo que se encontraba bien y que no le faltaba nada. Es obvio que no me querían decir si estaba bien o mal después de lo que hice, me sentía un completo estúpido. Sarah ni siquiera me veía directamente desde entonces; aun siendo mi hermana, es muy justa y sabía que lo que hice estuvo mal, es por eso que se comporta así conmigo. Por otro lado, Kaleb parecía no estar enojado ni nada por el estilo, sólo lo notaba algo distraído.
Sólo esperaba que el tiempo hiciera que las cosas mejoren entre ellos y yo.
Pero bueno, todo había ido normal, e inclusive había seguido en contacto con Brandon. No nos vimos desde aquella vez, porque no quería ilusionarlo. Sí me gustaba, pero era mayor de edad y de verdad sentía algo especial por Gin; me di cuenta de ello, ya qué estoy seguro que cualquiera que no sintiera algo así, abría besado al chico guapo del taxi.
Eso sí, Brandon es muy buen consejero. Él me contestó todas mis preguntas y me ha contado de su experiencia al salir del «closet», lo cual me ayudó a comprender muchas cosas sobre el tema. Él cuenta que, la mayoría de sus amistades, al menos las que él realmente aprecia, no se apartaron de su lado. Justo cómo me pasó a mí con mis amigas. Tal vez era tiempo de decirles a otras personas lo que soy, pero no sabía si debía incluir a Kaleb, mi hermana o Josue en esto.
Como sea, algo que también pasó fue que Gin realmente se puso a ver «Vaduro». Le gustó tanto que ya va en una temporada muy avanzada; pero casi no hablabamos de eso, porque cuando se conecta a «Messenger» estaba haciendo tarea, y en la preparatoria estábamos en salones diferentes como para hablarle entre clases. También podría hacerlo en la salida o en el receso, pero en ese rato se la pasaba con su novia. Desde aquella vez, ya no había podido ver a Gin, ni hablarle frente a frente.
Todo eso me ponía un poco triste. Lo único que podría decir que es bueno de esto, es que ahora mis amigas se la pasan hablando de Gin como mi enamorado. Siempre me decían qué hacía, dónde lo vieron y me molestaban diciendo que nos veríamos lindos juntos, haciendo ruidos de chicas «fangirls» del «yaoi». Siendo honesto, me gustaba mucho que ya lo tratáramos como un tema normal. Brandon tiene razón, una vez que ya lo dices, las cosas mejoran.
Durante la salida, caminaba hacia las afueras de la preparatoria junto a Ninta y Agis, pensando en todo lo que había pasado en este último mes.
— ¿Ahora en qué tanto piensas, Nate?
—Da la casualidad que… en nada, sólo estoy pensando.
— ¡Oh! ¿De pura casualidad no piensas en el trasgo?
— ¡Ridícula, claro que no, Ninta!
— ¿«El trasgo»?
— ¡Sí! Es un personaje que inventé hace rato, ¡ja, ja, ja! Sólo eso, Agis.
—Ya, ¿y por qué estarías pensando en él?
—Bueno, se me ocurrió hacerle una buena historia, tú sabes… escribir sobre él.
— ¡Oye sí!, qué buena idea, Nate. ¡Puedes hacer un «fanfic» de amor con el trasgo!
—Pues nunca he escrito algo de romance, Ninta. No sé si me saldrá como me gustaría…
— ¡Vamos!, estás enamorado. Obviamente te saldrá bien.
— ¡«Dude», ¿estás enamorado?!
—Este… pues… sí, ¿para qué te digo mentiras?
—Con razón siempre te veo distraído viendo al cielo —Ninta lo logró, ahora Agis sabía que estoy perdidamente enamorado de alguien. Sólo esperaba que no sospechara más hasta que sea el tiempo correcto de decirlo— Oye, Xoha quiere que vayamos mañana a su casa a jugar videojuegos. ¿Vienen?
—Yo si iré. ¿Tú qué dices Nate?
—Sí, está bien. ¿Ya qué? —Xoha es otro de los chicos que se nos unió hace poco. Es un sujeto muy «cool»… y «atractivo» según la mayoría de mis amigas. Yo lo veo como un sujeto normal, no sé porque tanto afán en decir que está súper mega guapísimo. En fin, el hombre es un buen muchacho, me cae muy bien, aunque a veces siento que no nos llegamos a entender del todo. Me gustaría poder saber más de él, pero algo me dice que deje las cosas así como están.
—Pues que no se diga más, el sábado a las dos de la tarde nos veremos aquí en la preparatoria para que Xoha nos lleve a su casa.
—Bien, Ninta. Agis, supongo que nos vendremos juntos de casa.
—Así es, mi estimado.
—Pues ya están, así será —pasaron los días y no hubo nada relevante con mi situación entre Josue y yo, o Gin, obviamente. Este último se la pasó súper ocupado hasta que por fin el quinto día tuve la suerte de encontrármelo en un lugar donde no esperaba verlo, pues se me antojo una hamburguesa del famoso lugar donde las venden cerca de mi escuela y fui a por una, encontrándome a una compañera del salón ahí.
— ¡Hey, Damaris! No sabía que trabajabas aquí.
—Sí, un poco de dinero no está mal para mí. ¿Qué vas a querer?
—Una «Famous Comet».
— ¿En combo o sola?
—Pues… no tengo dinero para pagar el combo, así que sola.