¡corre!

11vo Encuentro: Inolvidable

13/04/2009

¿Por qué sigo aquí? ¿Cuándo demonios acabará esto? ¿Cómo rayos le hago para salir? ¿Qué tengo que hacer para que desaparezcan? ¿Dónde carajos estoy? ¿Quiénes son ustedes?

No lo entiendo, las cosas van perfectas, todo es paz y tranquilidad ya en mi vida. Ya no hay lágrimas en las noches, ya no tengo inseguridad, ya se acabó la persona que sufría todos los días.

Y aún sigo en este maldito infierno oscuro, luchando y sobreviviendo; temiendo a que las aberraciones que viven en lo profundo del lugar salgan y me atrapen; asustado de las torcidas y sinuosas veredas que no te llevan a ningún lugar, más que a la locura; cansado de estar intentado acabar con esto, viendo a aquellos bastardos que me acompañan, los cuales no hacen nada más que observar, dirigir y burlarse de mí.

No entiendo qué pasa, lo único que sé perfectamente, es que debo seguir peleando. Por nosotros.

— ¡Los odio! —Grité a todo pulmón, literalmente intentando saltar de mi cama, logrando caerme de ella y así dándome un fuerte golpe en el suelo.

— ¡Baboso! ¿Qué pasó? ¿Todo bien, Nate? —Preguntó mi hermana, a quien esta vez logré despertar. Posiblemente ya me haya escuchado antes, sólo que no se había preocupado tanto como esta vez.

—Estoy bien, sólo tuve una pesadilla y me caí de la cama…

— ¿Seguro, Nate? Eso no fue una pesadilla, fue un terror nocturno. ¿Quieres que te lleve con un psicólogo? —Hace tiempo me planteé lo mismo. Tal vez debería aceptar la oferta de mi hermana; pero después de lo que pasó entre nosotros, no podía hacerlo.

—Tranquila… por favor, no te preocupes, Sarah. Estaré bien, en serio.

—Intentaré dormir, confiaré en ti; pero la oferta sigue en pie. Cuando tú me digas.

—Agradezco el apoyo. Ya mejor vete a dormir. Yo haré lo mismo —estoy cansado de estas malditas pesadillas de mierda. Creí que eran causadas por los problemas que hay entre Gin y yo; pero ahora me doy cuenta de que estaba muy equivocado, pues ya todo se ha resuelto y aún sigo teniéndolas.

¿Seguiré siendo atormentado por ellas sin importar qué haga? ¿Qué rayos está pasándome? ¿Qué me quieren decir esos terrores nocturnos?

No lo sé, mas tengo fe que dentro de poco desaparezcan. Ya que mi vida se ha vuelto todo un paraíso, no tengo ya problemas en la vida real, eso debería ser suficiente para acabar con estos sueños.

Las cosas han ido muy bien en todo aspecto. La amistad de Gin y mía se ha reforzado como nunca, los problemas que tenía y mis inseguridades con él han desaparecido en el aire. Ya no me tengo que preocupar por absolutamente nada en el mundo, más que por terminar mi carrera, obviamente.

Todos los días están llenos de luz para mí. Ya sonrió sin falta y me llevo la vida muy a la ligera. Hoy se supone que nos reuniremos en arquitectura para discutir sobre algo muy importante para los «otakus», un evento que sucede únicamente dos veces al año y siempre en fechas similares.

—La convención de juegos de mesa y comics es ya esta semana. ¿Quién ira los tres días? —Preguntaba Neiko a todos, quienes se vieron los unos a los otros desconcertados—. Nadie, ¿en serio?

—Yo creo que sólo iré el quinto día con Gin, Ninta y Zirumi.

—Así es, sólo ese día iré con Nate. Tenemos cosas qué hacer estos días, nos encargaron mucha tarea en FIEM.

— ¡Ay!, No se amarguen, Zirumi, Nate. Es una fecha importante, tenemos mucho que ver y comprar.

—Pero con un sólo día que vayamos podemos ver todo, ¿para que ir los tres?

—Muy sencillo, Gin. Para ver a todos los cosplayeres, aprovechar ofertas, saludar a los artistas invitados y a los que ponen su mesa de trabajo ahí mismo.

— ¡Neh! ¡Qué hueva! Yo sólo quiero comprar unas cosillas y ya. No pienso ir los tres días.

—Pienso igual que el chaparro. Además de que Zirumi tiene toda la razón, tenemos mucha tarea.

—Desde que llevan clases juntos, está casi en chino salir con ustedes.

—Eso es culpa de Zirumi, Neiko. Pues ella eligió los profesores.

— ¡Ay!, si no te gustaba, pudiste haberte ido a otro salón.

—Pero yo quería estar contigo…

—Pues aguántate.

—Grosera, mejor mira quien llegó —en ese momento, el chico con el que mi amiga ha estado saliendo llegó hasta donde estábamos. Él saludó afectuosamente a todos y se llevó a mi amiga, quien se despidió feliz de la vida. A Zirumi también ya le está yendo muy bien en el amor, estoy súper feliz por ella. Se nota que su chico es un buen tipo.

— ¿Entonces?

— ¿Qué Neiko?

— ¿A qué hora los veré a ustedes dos?

—Pues, Gin, no sé a qué hora puedas ir.

— ¿A las tres te parece bien?

—A las tres será, Neiko.

—Perfecto, estaré lista con los boletos para poder pasar todos. No olviden también llevar sus mochilas para meter lo que compremos y no tengamos que andar cargando con cosas.

—Sí, está bien. No es esta a la primera «conve» que voy.

—Pero si es la primera de Gin, hay que guiarlo.

—Ok, ok. Está bien… ¿ya qué? —De todos, quien está más emocionado por ir este año, sin duda soy yo. Pues Gin nos acompañará y estoy ansioso de mostrarle otra de nuestras costumbres como «otakus», además de que hay muchas cosas y cosplays de Vaduro que podrá ver por todos lados.

—Bueno, vámonos a la chingada, ya mañana hablamos más de eso.

—Sí, está bien, Gin. Neiko, te vas a quedar, ¿no?

—Tengo taller, ¿no me esperan?

—«Nombre», estás loca. Me muero de hambre, ¡hasta mañana!

— ¡Maldito Gin!

—Pues… si quieres yo me quedo.

— ¡Nah!, tú vienes conmigo, Nate. Déjala por pendeja.

— ¡Vas a ver, Gin! ¡Me las vas a pagar, desgraciado!

— ¡Perro que ladra no muerde! —Respondió Gin a nuestra amiga, jalándome del brazo para llevarme con él. Yo no pude decir nada, estaba totalmente hipnotizado por la escena, no tengo palabras—. Espero lleves tus cartas de Criaturas de Saquillo, para entretenernos un rato después de todo el desmadre ése de la convención.




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