¡corre!

Capítulo doce: Un tratamiento especial

Capítulo doce: Un tratamiento especial.

 

 

Nora abrió sus hermosos ojos grisáceos con cuidado y parpadeó dos veces seguidas, observó el techo que parecía estar quebrado, en cualquier momento se le caería encima, pensó Rodríguez; pequeños pedacitos blancos del techo comenzaron a caer con lentitud sobre el cuerpo de Nora, comenzando a cubrir su cuerpo con un color blanco. Ella trató de moverse con sigilo, sus ojos notaron que se encontraba atada a esa extraña camilla, estaba asustada ya que no sabía lo que estaba sucediendo o lo que podría suceder en esos momentos; no era capaz de imaginar lo que vendría, no era capaz de imaginar una salida.

Rodríguez sentía un fuerte dolor en su cuerpo, era por la caída que provocó la anciana. Ella nunca imaginó que una simple anciana sería capaz de capturarla y ser parte esencial de ésta locura. Nora nunca imaginó algo tan escrupuloso y deshonesto como eso. Suponía que su padre tampoco lo haría y comenzó a sentir que estaba perdida en ese lugar y que no habría ninguna manera de lograr salir de allí con vida, para ella no lograría salir con vida y por ese motivo un plan de comenzó a elaborar dentro de su mente llena de ideas.

Las cosas que imaginó no llegaron a ser demasiadas, no logró demasiado. Ella sabía que era capaz de mucho más, pero en ese momento lo único que lograba sentir era miedo. Un miedo que paraliza, un miedo que hunde a las personas en un pánico que jamás logran salir a flote de el. Ella no podía seguir de ese modo, no podía quedar hundida en su miedo, en el oscuro pozo sin fin que tenía dentro de su alma; ahora salir dependía de ella, ella debía ser fuerte y decidir las decisiones correctas que la sacarían con vida de aquel horrendo lugar.

Nora no tenía ni la menor idea de lo que hacía en ese lugar, en un momento de la trayectoria pensó seriamente en olvidar el dolor y matarse, pero… no era lo suficientemente cobarde para eso. Ella se consideraba una persona valiente y sabía que la idea de un suicidio no la salvaría de nada, ya que el dolor seguiría y el miedo se volvería mucho más grande del que ya tenía dentro de ella. Ese miedo que la estaba consumiendo internamente.

— ¡Ayuda! —exclamó la joven Nora con el ceño fruncido mirando todo lo que estaba a su alrededor, pensó que quizás podría utilizar algo de esa habitación para salir con vida de allí—. ¡Ayuda! —reiteró nuevamente con indicios de una pequeña esperanza que se comenzaba a esfumar con rapidez consciente de lo sucedido anteriormente, su mente se estaba preparando para el peor escenario.

La puerta de acero que se encontraba en la esquina del cuarto se abrió con cuidado y rapidez, el sonido que produjo fue desgarrador para los oídos de la joven aturdida por el golpe que había recibido hace unos pocos minutos. La luz que entraba por la puerta no dejaba notar quien era la persona que había entrado o si ya no se encontraba en la cabaña, pero ella se dio cuenta que era un hombre alto y delgado con una gorra sobre su cabeza que lograba cubrir su cabello; poseía unos pantalones vaqueros se logra distinguir el color negro y un saco demasiado grande para su talla, ya que sus manos se encontraban cubiertas dentro de la manga de ese saco.

Por su propio bien, la jovencita cerró sus ojos.

No se oía nada, hasta que se logró oír el sonido de un botón; Nora logró imaginar dentro de su mente que eso podría ser una grabación de audio y estaba en lo correcto ya que luego de unos pocos segundos el sonido se hizo presente en la habitación.

—Hola, Nora y bienvenida a un nuevo mundo —la voz distorsionada se oyó. Esa voz era familiar, pero Nora no podía pensar en eso. Estaba demasiado asustada y confundida para lograr sacar sus cualidades policiacas en ese preciso instante, por eso se delimitó a oír con atención—. Bienvenida a mi mundo, a donde las mujeres sólo nos dan dinero y los hombres son los que cautivan a las bellas mujeres para traerlas aquí —la voz hizo una pequeña pausa, hablaba rápido y por ese motivo la pausa que hizo se logró sentir. Nora comenzó a cuestionarse dentro de su mente—. Bienvenida a tu nueva vida, es una nueva manera de recuperar todo lo que había perdido, sin importar lo que le suceda a los demás ¿Sabes? Esas cosas me cansaron ya —murmuró con cuidado. Aquello por un momento hizo pensar a Nora que se trataba de una mujer—. Me cansé de hacer lo que otros quieren y por ese motivo ahora soy el jefe de la industria —se oye una risita de fondo.

Para la joven rubia era bastante evidente que la persona que grabó el audio la conocía, dijo su nombre en una ocasión y por ese motivo la esperanza de la joven cobró vida.

La joven no dijo ni una sola palabra, nada salía de sus labios. Aquellos labios pequeños, delineados, rosados y carnosos que ella poseía. Simplemente decidió oír aquella grabación que la sometían a escuchar con atención, no comprendió la razón de ese accionar, pero no podía cuestionar nada ya que no sabía las reglas que se mantenían en ese lugar. Antes de que la grabación terminara escuchó un sonido muy llamativo, ella sabía con claridad que ese sonido era el termostato del vecino. Le pareció bastante descuidado de su parte, era evidente que eso se lograría oír en el audio, pero prefirió no decir nada al respecto y hacerse las preguntas dentro de su mente.



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En el texto hay: misterios, crimenes, premiossweetawards2019

Editado: 12.03.2020

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