¡corre, Conejo, Corre!

7. Preparativos.


Todos hablan a mí alrededor, sé que hablan de mí, no son cosas buenas, lo sé, pero fingir no escuchar lo hace más llevadero, estoy parada en una pequeña plataforma de 15 centímetros, para que todas las mujeres me puedan ver y opinar de mí, estamos escogiendo vestidos, para mí vida de casada o boda, lo que mí esposo vea conveniente primero.

Me siento como en una exhibición, es como si yo fuese una obra de arte difícil de comprender, me gustaría pensar que solamente están aquí para apoyarme, pero yo sé que no es así, puedo sentir sus miradas, escuchar sus comentarios.

¿En serio la eligió a ella?

Teniendo a alguien tan bella como mí hija, ¿Escogió a Tabitah?

Pobre hombre, debió escogerla por lástima.

A puesto a que no va a dar ni a luz a un solo hijo o hija, en un cuerpo tan...delgado, casi deforme, no va a caber un bebé.

Mires por donde mires notarás que no es alguien del nivel de él.

Yo estaba consciente de mí fealdad, en sí yo era alguien muy común, se podría decir que era algo "bonita" de una forma muy, pero muy abstracta, tal vez lo que menos les gustaba era mí flacucha figura, sé que siempre he sido delgadísima, pero eso siempre jugaba en mí contra, ya que mí rostro de pan no concordaba con mí cuerpo.
Estiró mis brazos, dejando que mamá me coloque un vestido sobre el pecho, era de color azul, mamá tomaba un vestido tras otro y lo colocaba en mí, proyectando cómo se vería en mí, luego los arrojaba lejos al no ver uno que me favorecerá en algún futuro.
Las Maestras solían decirnos que no debíamos ser vanidosas, debíamos rescatarnos y enfocarnos en nuestros maridos, pero también era lógico que no se debía descuidar la apariencia, eso los satisfacía.

Veo a mamá enojada, se está impacientando.

— Si te soy sincera, hija, saliste muy desgraciada, mírate: eres tan delgada como un palo, con esos cachetes, ¡Mírate! Tú rostro no es proporcional a tú cuerpo — bajé la mirada avergonzada, ella tenía razón soy horrible — ¡Y ni hablar de tus...curvas! ¡Es que no tienes! Pecho plano, caderas estrechas y nada de trasero, cariño, pareces una nadadora, "nada por aquí, nada por allá" — cierto, cierto, cierto, muy cierto, tenía suerte de que Bastián me quisiera aunque solo fuese un poco, soy tan fea, tan horrible y espantosa.

— Al menos tiene lindos ojos.

Miré a una de las Esposas y le agradecí por ayudar, Reachel siempre me hacía sentir mejor, bien, querida y menos inconforme con mi apariencia.

— ¿De qué hablas? ¡No tienen color! Y no solo eso, mirá alrededor de sus ojos, esos anillos ¡Son negros como el carbón! ¡Y su cabello! ¡Todo reseco y sin brillo! ¿Y qué color es? ¿Tierra pasión?

— Yo veo sus ojos grises, un gris oscuro.

— Gracias, Reachel, pero nadie pidió tú opinión — mamá miró como las esposas la miraban, rápidamente supo que debía ser más cuidadosa —. Como sea, vas a ayunar durante una semana y después no vas a parar de comer, hasta que al menos te crezca un poco el trasero.

— O el vientre — dijo Reachel desafiando a mí madre —. Vamos, matar a tú hija de hambre no cambiará nada, todo lo contrario, la pondrá peor de lo que ya está, además...

— Gracias, Reachel, pero yo sé cómo críar a una hija. Te recuerdo que he criado a tres hijos y tres hijas, mientras que tú solamente vas a tener hijos hasta ahora, por ello le ruego y absténgase de comentar sobre mis hijos...

— Cuidado, Cecilia — una de las Esposas habló, como una vocera por las demás — . Recuerda que el esposo de Reachel es de un rango mayor al tuyo, por lo mismo...

— Reachel es superior a tí  — completo Carrie algo enojada — . Controlate, es obvio que está no es la solución, pero ¿Qué podemos hacer? Necesitamos que Tabitah se vea deseable para su marido.

— Pero Bastián me escogió así, ¿Verdad? — por primera vez abrí mí boca y sin que nadie lo preguntará, mamá se notaba sorprendida pero las demás Esposas se notaban tristes —. Eso significa que me ama, ¿Verdad? — mis dedos se congelaron y mí corazón paró al ver los rostros de tristeza de las Esposas, era obvio que todo matrimonio tenga problemas, pero..., — ¿Verdad?  — las lágrimas empezaron a asomarse  — ¿Verdad? — nadie respondía — ¿Madre? ¿Señoras? ¿Bastián me ama, no es cierto?

— Oh, cariño — Reachel nuevamente habló —. Lo siento.

— Es difícil, Tabitah — Carrie y Lucrecia, otra de las esposas, se miraron entre sí, antes de hablar—. Es él hombre el que escoge a la mujer, no la mujer escoge al hombre, así siempre ha sido.

— Es posible que...— miré a Lucrecia al borde del llanto — él lo haya hecho por emancipación temprana, a veces los Hijos desean irse del nido y no hay mejor forma que...

— Casarse e irse con sus Esposas y futuros hijos.

Mí mundo desapareció, tan felices habían sido esos pequeñísimos momentos, para que se me fueran tan cruelmente arrebatados. ¿Por eso fue tan repentino? Emancipación temprana, tenía sentido.

Mucho sentido.

Sinceramente yo no quisiera casarme conmigo.

Mamá nota mí cambio de humor, ella coloca otro vestido en mí pecho, se notaba incómoda.

— No dejes que arruinen tus sueños, hija — me susurró mamá tratando de calmar los ánimos —. Si Bastián te escogió, fue por algo, nadie puede evitarlo, están celosas porque Bastián era el soltero más codiciado junto a Gyula, ellas lo quería para sus hijas, pero tu hermano te escogió a ti y solo a ti ¿Oíste?

"La belleza no es algo que conserves cuando el fuego intergaláctico destruya tu cuerpo. La belleza del alma perdura."

Asentí y seguí mí día.

Bastián llegó a mí habitación cuando ya era bastante tarde en la noche




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