Despierto con el grito de mi madre llamándome, todos los días son así.
-Hija que esperas, levántate-dice mi madre entrando por la puerta de mi cuarto -llegaras tarde a la escuela-
- Ya voy mamá-digo con un leve bostezo.
Me levanto y voy directo al otro cuartito que está junto de mi en donde se encuentra la cama de mis padres y del otro lado veo al ser más indefenso del mundo, es mi hermano o debería decirle casi hijo, no lo sé, lo considero como si fuera mío. Hace 7 meses lo encontré tirado en la basura y lo recoji llevándolo a mi casa, mis padres no lo aceptaban decían que se podían meter en problemas en el caso de que alguien lo llegara a reclamar y temían más porque era diferente a nosotros de piel blanca y ojos cafés claro así que les dije que lo adoptarán y yo cuidaría de él, por lo tanto ahora es como mi responsabilidad aunque tenga 15 años se que lo puedo cuidar pero me ayuda un poco mi mamá y Daniel ya que se ganó el cariño de casi todos en esepcion de mi papá.
-Ven aquí pequeño-le comienzó a hablar y parece que me entiende a la perfección porque comienza a estirarme sus brasitos, lo tomo con cuidado y lo llevo conmigo a la pequeña sala de mi casa- creo que tienes hambre no es así-
-Le prepare su leche-entra diciendo mi madre-damelo, yo se la daré, tu come tu desayuno o se te hará tardé- comienzo a degustar mi comida y entra mi padre.
-No entiendo porque lo cuidan tanto si no es parte de nuestra familia- dice.
-Lo es ya que lo adoptamos, no lo cuidamos como tal nosostros pero si nuestra hija y debemos ayudarla- le contesto a mi padre.
-Yo ya me voy- dije y me levanté buscando mis cosas, luego de que las encontré me despedí deis padres y de mi hermano Dante.
-Cuidate Grecia-
Camine hasta la parada de los autobuses en donde encontré a mi mejor amigo.
-Ya te habías tardado, paso algo?- me dice cuando voy llegando.
-No, solo que ya sabes, eso de pararme temprano no se me da muy bien estos días- respondí.
-Eso lo sé, desde que empezaste a cuidar del pequeño Dante te desvelas un poco más de lo normal- comenzó a decirme.
-Lo sé, pero tengo que hacerme cargo de él, les prometí a mis padres que lo haría y solo con eso dejarían que se quede en casa- digo.
El autobús paso y nos subimos en él, mientras en lo que llegamos a la prepatoria conversamos sobre temas que nos agradan.