Al ver que se trataba de un simple venado, pudimos tranquilizarnos, el saber que alguien nos estaba siguiendo nos estaba poniendo un poco paranoicos.
—¿Qué fue lo que ocurrió cuando estaban con Zareb? —Preguntó Michelle con el ceño fruncido.
—Caí a una cascada, al estar en el agua, algo me tomo del tobillo, intentó de sumergirme, pero con ayuda de Héctor me soltó —dije, todavía estaba un poco asustado por lo que acababa de suceder.
—Dice que sintió que algo lo tomo del tobillo estando en el estanque —dijo Nelly, fue inevitable no volver a voltear hacia el agua —. Zareb nos dijo que se trataba de un cazador, es posible que este aquí.
—El cazador tienen alguna roca, ¿no es así? —Preguntó Ramsés mirándome fijamente, los dos nos encontrábamos en la orilla del estanque.
—Tiene dos, le falta la de Yoali.
—Te enredaste en una alga o rama, no pudo ser él —dijo el chico con voz seria.
—¿Por qué estás muy seguro de ello? —Pregunté.
—Nosotros siendo guardianes podemos sentir quien puede tener una roca —dijo Michelle mientras me ayudaba a levantar —, no lo he sentido, así que Ramsés tiene razón, tu pie se enredó con algo.
Escuchar aquello pude sentir un poco más de tranquilidad, saber que nadie nos estaba siguiendo en ese momento, podíamos respirar con tranquilidad, mi cuerpo se relajó. Por suerte la flor no le había sucedido nada, estaba intacta, como si su tallo no había sido arrancado.
No era grande como las otras que se encontraban el agua, la flor media de diámetro aproximadamente diez centímetros, mientras que las otras como más de veinte centímetros. Michelle saco un frasco con un tipo de aceite dentro de ella.
—Esto ayudara a que no se marchite mientras buscan lo que falta —dijo la chica mientras destapaba el frasco —. ¿Alguien tiene una navaja que me preste?
Metí mis manos en los bolsillos del pantalón, al introducirlos sentía como si estuvieran llenos de agua.
—Mierda —dije cuando me di cuenta que no la tenía —, se cayó mi navaja en el estanque.
Siempre la cargaba a donde fuera, era un regalo de mi abuelo cuando cumplí los quince años. Me dijo que la cuidara, ya que era una pieza única, ahora se encontraba en el fondo de un asqueroso estanque, aunque era algo que apreciaba, no me arriesgaría a regresar y que ahora si me pasara algo peor.
—Toma —dijo Ramsés a su prima entregando su navaja.
Michelle cortó parte del tallo de la flor para que entrara al frasco. Después de eso, caminamos hacia donde nos encontraríamos con el padre de Michelle.
—Les hace falta un buen baño —se quejó Michelle.
—¿Qué esperabas?, ¿Qué oliéramos a rosas y flores? —Preguntó Ramsés con sarcasmo—. En un lugar en donde se encuentra agua estancada desde hace muchos años.
Olíamos como si hubiéramos caído en aguas negras, en mis botas salía un poco de agua cada vez que pisaba el suelo. Era un poco incómodo para Ramsés y para mí, íbamos atrás de las chicas, ya que no querían estar junto a nosotros.
Al llegar en donde se encontraba el padre de Michelle, vimos una gran cascada de agua cristalina, aquello era más que suficiente para quitarnos la suciedad. Al sentir nuestra presencia el hombre alzo la vista, y nos vio. Al estar más cerca de él arrugo la nariz por el mal olor.
—¿Qué les sucedió? —Preguntó el hombre sin apartar la vista de nosotros.
—Nos caímos en el estanque —mintió Ramsés.
—Claro que no, el idiota de Ramsés aventó a Andrei al estanque —dijo Michelle al acercarse a su padre—. Por su culpa se estaba ahogando, así que lo empuje para que fuera por él.
El hombre tan solo movió la cabeza, se notaba que estaba molesto por lo que había hecho su sobrino.
—Vayan a la cascada a enjuagarse con todo y ropa —dijo el hombre apuntando hacia el agua—. Mientras que hago una fogata para secar más rápido la ropa.
Hicimos caso, nos dirigimos al agua, Ramsés se aventó, lo que significaba que estaba profunda, así que hice lo mismo. Después de estar por un tiempo, y de estar seguros de que toda la suciedad se había ido, salimos del agua. Nos quitamos la ropa, y los zapatos, solo quedando en ropa interior, el hombre nos dio algunas cobijas para poder cubrirnos.
Acomodamos la ropa cerca del fuego, sobre algunas rocas, un poco alejadas para que no se quemaran, al igual que los zapatos. Las chicas junto con el hombre acomodaron un lugar en donde nos podíamos sentarnos y comer, era como un picnic improvisado.
—¿Sabes por qué se necesita una flor de loto blanca? —Preguntó el hombre viéndome, negué—. La flor de loto blanca significa pureza, la perfección del espíritu y del alma, esa flor te ayudara a que te limpies de todo lo que ha hecho Yoali desde que está contigo, al igual de lo que has sufrido desde antes.
—La mujer que me encontré antes del viaje, me comento sobre todo lo que tengo que hacer para deshacerme de Yoali —empecé a decir—, al igual que él. Me dijeron sobre que el alma se corrompe, es algo que a Yoali le gusta hacer con las personas que encuentra la roca.
—El hombre es hecho de materia corrompible, todos los días nos corrompemos más, pero en ocasiones somos nosotros mismos que facilitamos a que nuestra alma se rompa mucho más rápido.
—¿Cómo se corrompe el alma más rápido?
—Empezar alguna adición, como las drogas, el alcohol, el cigarro. No tener un autocontrol, con esto me refiero a que cuando sientes enojo lo demuestras de una manera agresiva, ya sea gritando a las personas, o golpeándolas.
Me quedé reflexionando de lo que había dicho, la vez que golpeé a Nazario, Naim y hasta Gabriela. Las veces que le grite a mi madre, el comenzar a fumar y tomar, yo fui responsable de que mi alma estuviera condenada y que Yoali estaba cerca de apropiarse de ella.
—Has cambiado, ¿no es así? —Preguntó el hombre, asentí.
—¿Por qué se ocupa la ceniza del Fénix?
—Para deshacerse de la roca se necesita el fuego, el fénix renace de sus cenizas, como lo vas hacer al desacerté de él.