Capitulo 30
“El final del comienzo”
Con la salida del sol, todos los Comunes, agentes y dotados, viajan en varios vehículos de transporte, preparándose mentalmente para el asalto final. En el particular autobús, Leo, observa a través de la ventana la capital, y recuerda todo lo que hizo; Todo lo que ha ocurrido mayormente por su culpa.
Una hora antes….
Todos los comunes, agentes y dotados están reunidos. Carlos con gran seriedad y liderazgo, les habla a todos:
-¡Hoy se acaba todo! ¡Mañana lanzaran el purgatorio, así que hoy terminaremos con esto!......¡¡Y mañana haremos una gran fiesta!!
El grupo grita de alegría y felicidad, por que su lucha por fin acabará. Después de terminar de saborear su satisfacción, se quedan en silencio, y continúan escuchando:
-Gracias a mis contactos, no dejamos que nuestros objetivos abandonaran la ciudad. Pero debido a eso, se han encerrado en un bunker bajo la residencia gubernamental. Esperaran a que todo haya pasado. Ni siquiera han mostrado la cara desde hace días; Ya que saben que han perdido se han escondido.
Con una gran duda, uno de los Comunarios levanta la mano, y pregunta:
-¿Pero de qué servirá matarlos si aún así lanzaran el purgatorio?
Comprendiendo la confusión, su líder, le responde:
-El purgatorio sólo se lanza en caso de “amenaza catastrófica” ya que hemos acabado con el sin ley que generaba a los mutados, y los mutados no se han aparecido, aprovecharemos el momento.
-¡¿Pero-?!
-Calma, amigo. Comprendo tu duda, pero no te preocupes, de esos detalles me encargo yo.-Responde, Bleik, de manera confiada y carismática.
Los rebeldes, se muestran confiados ante las palabras de su gran amigo y líder. Pero los agentes, se muestran intranquilos y nerviosos, por no conocer, ni tener confianza al singular personaje. Kid, percatándose que sus tropas no están del todo bien, les dice:
-No se preocupen, todo saldrá bien. Yo a éste hombre le confiaría mis hijos.
Al ver la cercanía y años de amistad de su respetado superior, y el común, los militares se tranquilizan un poco.
Con todo el mundo sereno nuevamente. Carlos, continúa:
-El plan ya lo discutimos ayer, y todos están de acuerdo: Vamos a atacar la residencia gubernamental o mejor conocido como: “el nido del dragón”. No será fácil, por que como ya lo hemos dicho, están custodiados por algunos agentes de la armada y mercenarios. De por si tiene una gran seguridad. Pero si todos se apegan al plan todo saldrá bien… Según uno de mis informantes, en total el ejército enemigo son sólo 137 soldados. Contando los comunes, y a los agentes en nuestro bando, somos un total de 185. Tenemos ventaja numérica; si nos cuidamos los unos a los otros ganaremos con más seguridad.
Mientras que Leo miraba atontado las calles y los edificios de la capital a través de la ventana. El chofer, exclama:
-¡Casi llegamos!
A cinco cuadras de allí: Una barricada en las calles con cientos de agentes de la FAAD y mercenarios, custodian sobre la vía y sobre los edificios las calles; para proteger a los hombres que los forraron de dinero.
El ejercito corrupto, al percatarse de la amenaza, abren fuego.
Siendo tiroteados desde la carretera, y sobre los inmuebles, los Comunes y agentes del mismo bando, se detienen para defenderse. Leo, con sarcasmo, comenta al aire:
-Siempre hay algo…
En las calles, son bombardeados con misiles de lanzacohetes y bombas lacrimógenas. Un potente tanque se acerca, y dispara su letal cañón que impacta a un vehículo de los comunes, mandándolo a volar por los aires con gran estruendo y envuelto en llamas.
Bleik, sale del tanque-bus, y se cubre detrás de el. Mientras que su gente contra-atacaba al enemigo, se acerca a Billy, y le pregunta:
-¿Todos están bien?
Mientras que dispara, le responde:
-No te mentiré…tuvimos algunas bajas. ¡¿Qué ocurre, hermano?! ¿¡No se supone que esta parte estaba segura!? ¡Debimos haberlos enfrentado era al llegar!
-Según mi informante así era, pero-
En ese segundo. Falcon nota a uno de los suyos del otro lado de la barricada, junto al ejército corrupto y recibiendo un bolso con dinero. Al ver que ha sido traicionado, una mirada fría y asesina lo cambia totalmente. Toma una pistola de su cinturón, y mientras que mira al traidor, jala el gatillo.
El hombre que vendió a sus compañeros, mientras corre despavorido después de tomar su paga, es atinado por un disparo que lo impacta en la parte trasera de la cabeza, que atraviesa su cráneo, y vuela su cara.
Editado: 10.10.2018