Cap 5. SON LAS OCHO

Comencé contando la historia de algo que no conocía, quizás me aventuré a hablar de algo que en un principio no fue normal.

Sueños, son muchos de ellos. Algunos inconclusos y otros impropios de mí, quizás diferente a lo que una vez creí.

Pienso en porque el cielo dibuja un color azul que se degrada y combina con el cambio de la posición solar,  pues la sola aparición lunar hace que una simple noche en aquel bar se transforme en una aventura, una en la que los deseos se convierten en realidad, mientras que los pensamientos de unos ojos cafés destellan peligro, y que solo muestran una realidad combinada con lo fantástico.

Tal vez mostrando que no somos reales y que nos basamos en una  fantasía creada por nuestro subconsciente, o quizás la medicina de este lugar me haga alucinar con un cielo que no existe y en una persona que nunca fue ni sol ni luna.

Solo pienso que nuevamente pensé de más cuando me preguntaron la hora, y si señor Frederick son las ocho de la mañana en un cielo que es azul y se confunde con el mar.