- Vamos salta.
- No puedo, está muy alto.
- Claro que puedes Caroline, comprueba si puedes hacer diez respiraciones hacia el vacío.
- No puedo, no quiero - su voz ya sonaba desesperada.
- Pero tú me trajiste hasta aquí Caroline, no me hagas perder más el tiempo.
- SOLO VETE - gritó sin saber a quién, solo gritó hasta quedarse sin voz, solo gritó y su pie resbalo, soló gritó y no pudo respirar más de diez veces.
El abismo se hizo más grande, su caída no finalizado en aquel suelo, simplemente emprendió una nueva caída, una donde no respiraba y en la que su grito se sentía con más fuerza, una caída en la cual recordó que no importaba cuantas veces caía, su destino era caer y su propia voz la impulso a caer desde lo más alto, destrozando todo más allá de su cuerpo, destrozando aquel espíritu que perdió desde el primer momento en el que decidió contestarle a las voz de su mente ya traumada, comenzó a escuchar y se repitió a sí misma.
Salta… Vamos… Salta.
Es tu mejor fin… Salta… Y no respires más de diez veces.