Corvansis y el infortunio de Dalya

Prólogo

¡Levanten las espadas, bajen el puente, abran las puertas y dejen volar su imaginación! Aléjense por tiempo limitado de la sofocante realidad.

En partidaria semejanza al autor optaré por reseñar de final a inicio.
Hay un odio creciente dentro mío hacia mi estimado colega tras dejarme leer hasta el controvertido y melodramático epílogo.
Escribía Jorge Luis Borges:
"Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el diferente universo, hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos.
Ocurre entonces la emoción, singular llamada belleza, ese misterio hermoso que no descifra ni la psicología y la retórica".

Por tal misión, para un eficaz goce incluyó a "Corvansis" o viceversa. La diligencia recae en la subjetividad, pues mis palabras incitan a un pertinente cuidado en la interpretación de lo relatado en la obra.
En la novela nos trasladan a una mítica época medieval, donde destaca Dalya, quien representa a las personas hastiadas del mal vivir, de la cruenta opresión, y la rutina cancerosa. Resuelta a escapar enfrentando feroces villanías. Clader por su parte personifica a los pensamientos modernos, rival acérrimo del conservadurismo. Desde luego tenemos al demonio, humanidad en su máxima perversión junto a otros personajes anecdóticos.

No es la primera historia que le conozco, para la tranquilidad de algunos, tampoco es prudente advertir que el libro sea un magnífico exponente de la literatura, pero en trama, estructura y originalidad, respecto al "Infortunio de Dalya", Zaycko nunca decepciona.

                                             
                                                                                        V.J
 




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