Odias lo que no conoces, odias a lo que le temes, pero cuando lo conoces, aprendes a amarlo.
Ok ok, tu podrás decirme: "¡Vaya, pero yo conozco a las cucarachas y las odio!", por nombrar algo.
Y sí te entiendo, pero... ¿Te has preguntado si realmente la conoces?
Así como a tu vecino o al tipo imprudente del tráfico, ¿Lo conoces?, dirás "Nah y ni quiero conocerle"
Pues bueno, esa es la actitud que debemos revisar.
No te digo que seas un stalker de primera y revises todas sus redes sociales, porque no va por ahí la cosa. Pero si puedes comprender, que detrás de esa persona existe una vida que no podrías alcanzar a imaginar y que tal vez, si lo analizas un poquito, podrías determinar que la persona solo acciona en base a lo que le ha enseñado la vida y lo que ella se ha empeñado en ver.
En tal caso, dime tu, ¿Es del todo culpable aquella persona?
Valóralo un momento y te cuento que tengo la plena seguridad que al menos una vez en tu vida has logrado entender los actos de las personas al saber las razones que hay detrás y que a primera vista pudieron ser perjudiciales o incorrectos.
Después de todo tienes dos caminos, el de tomar la actitud de los demás como propia o el de darte la oportunidad de comprender su actitud y simplemente dejarla fluir sin que te perjudique. Y si lo último que te digo es lo que te provoca bienestar, entonces... ahí está la clave.
Claro, siempre será, tu decisión pero si sabes cual es la mejor opción no le veo la razón de tomar el otro camino.
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Editado: 25.07.2018