¡Si habrán pasado cosas!...
Como les conté anteriormente, la casa dónde vivíamos cuando éramos chicos estaba muy lejos de cualquier pueblo o ciudad. Si bien, íbamos una vez al mes a realizar las compras del mes, a veces algún familiar iba a visitarnos.
Recuerdo que uno de los familiares que siempre iba, era el tío Gaucho, hermano de papá. El tío Gaucho, era un tío soltero, trabajaba durante la semana y, a veces, cuando tenía libre, iba a visitarnos. Nos llevaba caramelos a mi hermana y a mi.
Cuando lo veían venir, papá nos avisaba para que saliéramos a recibirlo, lo que hacíamos con gran alegría porque sabíamos que ibamos a comer caramelos.
Uno de esos tantos días, papá nos dijo: -!LLegó su tío! Obviamente que salimos corriendo, pero al salir al patio nos encontramos con una sorpresa. El tío Gaucho estaba trepado arriba de un duraznero.
¿Qué había sucedido? Pues que había tomado unas copas demás, y si bien, llegó hasta casa, el zig zag de esquivar árboles frutales, no fue tan sencillo.
Y lo peor de todo, es que había perdido nuestros caramelos. ¿Será por eso que es un recuerdo inolvidable?