A medida que pasaban los días, mi hermana y yo nos fuimos acostumbrando a la nueva escuela. Si bien era una escuela grande, allí había compañeros que fuimos conociendo de a poco.
Un día a la salida una compañera de clase de mi hermana se enojó con ella. Era de las que siempre se iban caminando con nosotras. Yo no le dí importancia y pensé que al otro día ya se habrían olvidado de lo que había sucedido, pero mi hermana quedó muy ofuscada.
Al otro día, al llegar a la escuela y entrar a clases, la compañera de mi hermana la miró de mala manera y no la saludó.Fue entonces, cuando entendí que el problema iba a seguir. Al rato, la directora comenzó a hablarnos a todos muy seria.
Ayer, alguien había pinchado la cubierta de la bicicleta , justamente de esa "querida"compañera de mi hermana.Todos nos miramos e inmediatamente contestamos que no habíamos sido.
Martha, la compañera de mi hermana, enseguida acusó a mi hermana de que había sido ella. Pero, ¿cómo podría mi hermana pinchar esa cubierta? Y enseguida agregó: "En su mochila, tiene la aguja ". Ahí fue, cuando comprendí que no era una buena compañera, y que seguramente, ella le había colocado la aguja a mi hermana, si es que la tenía.
Mi hermana enseguida negó que la tuviera, y entregó a la directora la mochila para que comprobara que no la tenía. Mala sorpresa nos llevamos todos, cuando ahí, en uno de los bolsillos encontró la aguja. Fue en ese momento, cuando comprendimos que Martha le había hecho una trampa a mi hermana y que efectivamente, había sido ella misma que se había pinchado la bicicleta para acusar a mi hermana.
Mi hermana fue penada una semana sin recreo, y a mi también me dejaron con ella, pues me enojé mucho con aquella niña y sus hermanas, y les dije varias cosas feas. Pero no me arrepiento, pues yo defendí la inocencia de mi hermana.
A partir de ese día, por una semana, estuvimos las dos hermanas sin recreo, por una injustica. ¡Cuántas veces se cometerán injusticias!