Días difíciles

¿Se puede fingir lo que se siente? Si, se puede. Aunque el corazón parezca que se te va a salir del pecho por el gran dolor que estás pasando, pero que debes disimular y hacer como si nada estuviera pasando. Así, fueron transcurriendo los días.

Al llegar el atardecer, y reunirnos todos a tomar mate, era difícil mantener oculto el dolor que estábamos atravesando. ¡Cuántas lágrimas ocultas, escondidas para que papá no se diera cuenta! 

Y hasta el día de hoy, me sigo preguntando si realmente papá no se daba cuenta, o disimulaba para que nosotros no sufriéramos tanto. Pero igual sufrimos, y acompañamos su tratamiento. 

Fueron unos meses que parecieron años, dónde papá iba a realizarse el tratamiento para tratar de revertir el mal que lo aquejaba. Así fue, como pareció que se había recuperado y que todo parecía parte del pasado, una prueba del destino superada.

Pasaron así, cuatro años...