El año anterior mi hermana había finalizado la primaria, pero no quiso ir al liceo. Sólo quiso aprender a cocinar, porque no le gustaba estudiar.
Este era mi último año en la escuela, el último año que tendría a estos compañeros de clases, de disfrutar de la rica comida de mi querida "Chicha", de recorrer jugando y gritando el patio de la escuela. Cada vez que paso frente a ella, llegan a mi mente algunos recuerdos de lo realizado allí; los partidos de voleyball, los partidos de fútbol de los varones en la cancha grande, las escondidas, las clases de educación física a cargo de las maestras.
Ese último año en la escuela, pasó muy rápido, porque no tengo muchos recuerdos. Seguramente fue porque estaba muy entusiasmada para seguir estudiando; la ida al liceo estaba próxima y con algunos de mis compañeros seguiríamos viéndonos.
Además ese último año, había cambiado de maestra: ahora mi maestra se llamaba Mercedes, y había venido para sustituir a mi querida Susana. Quizás ese motivo, también influyó en que mis recuerdos de este último año en la escuela son muy pocos.
LLegó diciembre, despedida, fiesta de fin de cursos y pase al Liceo de Tarariras, allí iría a estudiar porque había un ómnibus que pasaba frente a mi casa, que llevaba estudiantes para ese liceo, Por lo tanto, allí iría a partir del próximo año.