Cosas que pasan...

El viaje en ómnibus

Viajar en ómnibus en la década de los 80 no era tan lindo como lo es en la actualidad. El ómnibus en el que viajaba era bastante lento y viejito. En las bajadas lo apagaba para que gastara menos combustible.

Desde que subía podía apreciarse el estado del ómnibus: piso de madera con algunas grietas, algunas ventanas que no cerraban bien, algunas goteras en el techo. Pero era nuestro bus de viaje de todos los días y nosostros disfrutábamos viajar en él.

Cuando se ponía a llover, teníamos que ir buscando en qué lugar no se llovía para poder sentarnos; en los días de invierno el frío ingresaba por las grietas del piso, lo que hacía que muchas veces pasáramos frío.

Recuerdo que un año, el invierno fue muy llovedor y el camino por dónde transitaba el bus se había complicado mucho por lo que tuvo que modificar su recorrido. Por mi casa no pasaba, por lo que el papá de un compañero de clases iba a mi casa a buscarme, y levantaba a otros compañeros en el trayecto, para alcanzarnos a todos al punto de partida del bus.

Si no hubiera sido por eso, ese año hubiéramos tenido muchas faltas a clases pues había días que llovía toda la semana . Por suerte, al finalizar el invierno se reparó el camino para que todos los vehículos pudieran transitarlo con normalidad.

Pensar que hoy en día nos quejamos porque el ómnibus se demora 5 o 10 minutos en llegar a la parada. ¡Cuánta educación nos hace falta para valorar lo que tenemos!, para valorar la evolución de los medios de transporte .




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.