Cosas que pasan...

Y siguió la lluvia

Ese día continuó lloviendo durante toda la tarde y la noche. Pero, por más que lloviera sabía que al otro día debía levantarme temprano para ir a estudiar. El mal tiempo no era causa para no ir a estudiar. Así fue que me levanté temprano como todos los días y salí para tomar el bus.

Gran sorpresa me llevé cuando vi que ninguno de los compañeros de viaje subían ese día. Me extrañó un poco, pero no fue motivo para no ir. Al llegar al instituto, éramos sólo tres en la clase. Al sonar el timbre de entrada, nuestro profesor de la primera clase ingresó un poco tarde y manifestó que estábamos en alerta naranja y que por eso, la falta del día era justificada y que con pocos alumnos, no daría la clase.

Mi cara fue de asombro y molestia a la vez, pues,tres personas habíamos viajado, asistido a clases, humedecido y encima estaríamos allí esperando dos horas, para tomar el bus de regreso. No me pareció ético lo hecho por ese profesor y los demás, porque tenía alumnos en clase.

Creo que ese fue el tema por el cual no me gusta faltar a clases, y siempre que llueve voy igual. No podemos suspender las actividades por un día de lluvia, asi como tampoco un día de mucho calor. Tenemos la suerte de vivir en un país donde no hay catástrofes naturales como volcanes y terremotos, si bien hay lluvias que en algunas ocasiones provocan inundaciones,vientos que pueden causar daños, etc; en realidad, vivimos en un país privilegiado. Es por ese motivo, que debemos ser comprometidos con nuestro trabajo; debemos valorar el trabajo que tenemos pues somos favorecidos por el lugar físico dónde vivimos. 




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