Cosas que pasan...

Paso Hondo

Hoy, después de más de 45 años volví a uno de esos lugares que llevo desde niña en mi mente. Lugar que recuerdo como una casa blanca con árboles frutales enfrente y un gran puerte cerca de la misma, por el que debíamos atravesar para poder salir al pueblo.

Luego de atravesar un camino de balasto, abandonado, con escasa circulación de vehículos, y mucha maleza de gran tamaño. En fin, un lugar abandonado por el hombre, donde ni siquiera se realizan tareas de limpieza y mantenimiento del camino. Unas pocas casas (tres o cuatro) donde se nota la presencia de gente viviendo, son señales de ser un lugar olvidado.

Allí, llegamos a ese lugar , el puente de Paso Hondo. Con unos cinco metros de largo y tres metros de ancho, ese era el puente inmenso que recordaba de mi niñez. Con un curso de agua apenas visible, cubierto de árboles añosos, torcidos, algunos caídos arriba de otros, impiden visualizar el cauce del río.

Mi pareja me informó que esa agua pertenece al Río San Juan, río de gran caudal donde desembocan las aguas de varios arroyos de la zona. La zona está siendo utilizada para la plantación de montes de eucaliptos, que son utilizados por las plantas papeleras instaladas en el país.

Lo cierto es que ese lugar está totalmente abandonado, sólo se escuchaba el canto de algunos pájaros al caer la tarde. Al volver, y pasar por la tapera, dónde antes estaba la tapera dónde yo vivía, me dio nostalgias de volver a vivir en aquel lugar, lejos de la presencia humana, lejos del internet, lejos del ruido de motores de los vehículos...en fin, un lugar donde se puede disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza.

Allí se puede disfrutar de la vida, del silencio, valorar lo que uno tiene . Ojalá estuviera allí la casa dónde yo viví, de seguro volvería a vivir ahí.




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