Cosas que pasan...

Perdimos el bus...

Ese día había llovido durante toda la jornada; desde la llegada a la escuela a las 7 hs de la mañana hasta la salida a la hora 17 la lluvia no había cesado. A eso cabe agregar, que era pleno junio por lo que además hacía mucho frío.

Yo me había mojado bastante en la mañana en mi caminata hacia la escuela, pero como tenía calzado guardado en la biblioteca de mi salón, al menos pude mantener los pies secos y calentitos durante toda la jornada.

Como todos los días, a la hora de la salida nos llevaría el profe de Educación Física a una compañera y a mi, para poner tomar el bus en el peaje. Pero, el profe de Educación Física comenzó a sentirse mal y se retiró luego del recreo.

Por lo tanto, no teníamos quién nos llevara a tomar el bus. Para poder llegar a tiempo, la directora nos autorizó a salir 10 minutos antes y ella y la secretaria se quedarían con las clases hasta la hora de la salida. El tema es que llovía mucho y era casi imposible poder llegar a tiempo a la parada.

Empezar a caminar rápido debajo del paraguas, pero el viento era fuerte lo que dificultaba nuestro andar. Decidimos desviar nuestro camino, para poder cortar un poco el camino y llegar en el tiempo previsto. Pero, en el camino nos salió al cruce un perro que nos rezongaba bastante y ladraba con ganas de mordernos. Ahí perdimos unos cinco minutos, tratando de que el perro se fuera.

Cuando faltaba unos cien metros para llegar a la parada, pudimos divisar que los ómnibus venían atravesando el puente, lo que significaría que no llegaríamos a tiempo, a excepción de que nos vieran ir corriendo y detuvieran su marcha.

Pero, eso no ocurrió. Ni el chófer ni el guarda nos vieron, por lo que el bus continuó su marcha. Tremenda desilusión nos llevamos mi compañera y yo, pues debíamos esperar dos horas para la salida del próximo coche. Seguía lloviendo sin cesar, por lo que nos colocamos abajo de la garita a esperar que ese tiempo transcurriera.

Pasamos mucho frío, pues estábamos mojadas. A las dos horas, apareció el siguiente coche, el que esperamos y subimos con mucho placer, pues arriba estaba calentito. Nos esperaban dos horas de viaje, y al otro día, a madrugar como todos los días para ir a trabajar.

Hay muchas personas que no valoran el sacrificio de los docentes, que piensan que no hacemos nada o que sacamos licencia médica siempre. No es así, no se debe juzgar a todos los docentes por igual. Hay personas que realmente nos preocupamos por cumplir con nuestra labor, haciéndola con gusto.




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