Nueva escuela, nueva experiencia

Al comenzar el año 2019, y regresar al departamento de Colonia, una nueva experiencia me esperaba. Una nueva escuela y con la experiencia de comenzar con dos grupos de ciclo básico sería la meta de ese año. A la mañana trabajaba con ciclo básico y a la tarde con dos grupos de primaria.

La escuela quedaba a 25 kilómetros de donde yo vivo, por lo que el viaje era mucho más corto que el que había hecho durante los tres años anteriores. Conocí nuevas personas y nuevos métodos de trabajo, porque nunca había trabajado antes con adolescentes.

Por eso, fue una nueva experiencia. Además, me reencontré con chicos que habían sido alumnos mios de primaria años anteriores, pero ahora realizando ciclo básico. Fue una etapa donde tuve que aprender a trabajar con adolescentes, porque con ellos se debe realizar un trabajo de motivación distinto para despertar el interés por aprender.

El grupo de séptimo grado era tranquilo, pero no tenían hábitos de estudio; no les gustaba estudiar. En cambio, el grupo de octavo era dinámico, y con chicos que tenían muchas ganas de aprender, y le ponían ganas al asunto.

Lo bueno de la jornada, era que tenía media mañana con cada grupo por lo que podía cambiar de grupo y de estrategias de trabajo para que la jornada transcurriera más rápida. Salía a las seis y media de la mañana de mi casa y volvía a las dieciocho horas.

El primer año pasó rápido y con la experiencia de conocer una nueva escuela y una nueva forma de trabajar.