A lo largo de mi trayectoria de trabajo como docente, he realizado muchas salidas didácticas. Siempre llevan mucha organización, y un docente comprometido con la profesión debe cuidar hasta el último detalle.
Las salidas didácticas son de dos tipos: las simples, son las que se sale y vuelve en el día. Pero, también hay de las otras, las que llevan más cuidados: son las idas a campamento o colonia de vacaciones.
Surgió la posibilidad de salir de campamento, así fue como postulé a mis grupos de 5° y 6° año. Como el maestro de 4° año no quería ir, y sus alumnos podían ir, decidí pedir autorización al maestro para poder llevarlos. Al decirme que si, le pedí autorización a la directora quién enseguida me dijo que estaba de acuerdo.
Luego, realicé una reunión con las familias de mis alumnos y los alumnos de 4° año, explicándoles cómo sería el campamento. El campamento sería a Raigón y la posibilidad era de quedarnos dos noches. Fue así como decidí invitar al profesor de Educación Física, para que de noche él se hiciera cargo de quedarse en la cabaña de los varones.
En la cabaña de las niñas, me quedaría conjuntamente con la directora. Ibamos en ómnibus, y era pleno invierno, por lo que debíamos llevar bastante abrigo. Dentro de las actividades a realizar, había algunas que se realizarían de noche, por lo que eran necesarios los abrigos.
Las actividades de desayuno, almuerzo, merienda y cena las compartíamos con abuelos que también estaban quedándose en cabañas para jubilados. Fueron días hermosos, donde los niños se divirtieron y tuvieron la posibilidad de conocer chicos de otros lugares y compartir lindas experiencias.