Como volcan submarino

Cuando era chica amaba las leyendas. 

Me gustaba entender el origen de las cosas de otra manera. 

Me encantaba pensar en que muchas cosas venían de un mundo de fantasía con gigantes y piratas. 

Con elfos y dioses. 

En donde todos podían ser héroes y los verdaderos villanos eran los humanos. 

Donde los gigantes habían sido obligados a dormir por años y los duendes y hadas prefirieron esconderse para sobrevivir. 

Hoy me doy cuenta de que ese mundo de fantasía fue mi verdadero escape. 

Talvez me gustaba imaginar que vivía en ese mundo feliz donde todos eran amigos y nadie tenía que laburar de más para conseguir lo que quería. 

Capaz yo era feliz viviendo en ese cuento por un rato donde nadie peleaba si no era por algo justo los seres mitológicos eran reales y pasaban cosas sumamente locas. 

La verdad siempre quise un dragón. 

Ser amiga de un hada. 

Poder hacer magia con una varita o mis manos. 

Poder entenderle a los animales. 

Luchar en una guerra con nada más que una espada. 

Y aun así ser feliz porque eso pasaba al final de cada cuento mientras el humano no intervenga todos seguían viviendo como si nada. 

Probablemente esto tiene mucho sentido. 

Piénsenlo de una manera más moderna. 

El humano solo va destruyendo todo a su paso. 

Contaminando todo el mundo solo para conseguir comodidades. 

Estúpida evolución si el humano podía vivir bien comiendo lo que cazaba y haciendo fuego con dos piedras. 

Y seguramente van a decir "pero en esa época vivíamos hasta los 16 años máximo" y yo voy a responder que hoy en día a pesar de todas las comodidades y lo que el humano hace cualquier adolescente de 16 años te va a decir que pensó en algún momento en matarse. 

Porque el humano destruyó todo incluso su propia raza hoy en día la globalizacion a avanzado tanto que lleva prejuicios en sí que envenena la mente de todos los jóvenes del mundo sin piedad. 

Entonces que prefieren vivir en un mundo de fantasía o en el mundo que vivimos hoy en día?. 

Por eso:

Algún día como cada volcan sudmarino que en algún momento fue un gigante amergere.

Quemando con el fuego de mi alma cada punto que toque.

Como cada montaña que permanece dormida esperaré con calma.

El momento.

El lugar.

Y contra quien explotar.

Y en ese momento todos van a ver lo que siempre quize demostrar y nunca me anime.

Verán mi realidad.

Conocerán mi manera de pensar.

Y entenderla les va a tocar.