Coure di Fiuri

Capítulo 4; Recuerdo y el viaje

Era una masacre...

Un mar de sangre

No importa donde mirará solo podía ver ese líquido rojo salpicado en las prendas de sus hombres, aquellos que siempre prometieron lealtad.

Solo veía como los cuerpos caían, dejando en ellos una mirada vacía sin emociones, sin vida. Pero lo que más me pesaba era no poder ver a mi prometido.

Él estaba en la mansión, estaba en el jardín aquel que podía divisar desde la ventana de su oficina, pero ahora no estaba en ninguna parte, después del sonido ensordecedor que escucho, solo cerro los ojos y cuando los abrió estaba bajo los escombros.

Los disparos se escuchaban lejanos, su mente aun divagaba, y parece que nadie lo veía, ninguna bala impacto hasta ahora con su cuerpo.

Era el líder pero aun así no tenía cabeza para idear un plan, no encontraba a sus primos, tampoco a las parejas de estos.

No sabia si estaban vivos o muertos...

- debiste dejar que los escombros te aplastaran - escucho detrás suyo.

- ¿dónde está? - preguntó primero, necesitaba respuestas sino iba a enloquecer.

- el esta bien, no te preocupes - cargo su arma, el sonido se lo decía. Y pesar de eso, él no se asusto - pero debiste quedarte en donde estabas, hubieras muerto en batalla, eso hubiera sido una gran honor- dijo con sorna.

- infeliz - vociferó en bajo - aca hablando de honor cuando ni tú lo tienes.

- cállate - lo golpeo en la espalda causando un gran dolor adicional al que ya le provoco estar en los escombros - el que merecía estar a su lado era yo.

- no lo merecías - se reincorporó, mostrando su gran altura - no merecías siquiera estar cerca de él.

- y tu no tampoco eres suficiente para él, no eres un buen líder - lo golpeo con el mango del arma - apenas puedes defenderte ahora, que matarte seria tan fácil- posó el arma en la nuca contraria.

- si lo haces, nunca tendrás su perdón - en tono ronco contesto, el solo pensamiento de terminar su vida sin su prometido al lado lo estaba matando por dentro.

- pero si no lo hago, tú seguirás en su corazón.

- pero yo no soy quien mando a sus hombres a morir por un capricho - refutó.

- él nunca fue un capricho - y un golpe en su nuca puso su visión borrosa para luego solo ver un oscuro vacío.

Un negro vacío...

Un negro tan parecido a la cabellera de su prometido.

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New York

- alguien me dice como llegaron hasta la policía- dijo Reggie cerrando la puerta detrás de él.

- un pequeño accidente - respondió Jimin, saliendo de la cocina con una paleta de varios colores - consejo, jamás agarres una joya que esta en una jaula sin tener un plan B - lo apunto con su paleta para luego volver a chuparla.

- dejando eso de lado - el castaño se sentó en el sofá de la sala - ahora seguro toda la ciudad nos esta buscando ¿alguna idea de como salir del país?

- ¿y Yoongi? - interrumpió a Seokjin.

- me dijo que se lastimó- hablo el pelirosa- seguro fue al baño de arriba por el botiquín- se acomodó mejor en el sillón de tres personas.

- iré haber como esta - salió disparado al segundo piso, dejando a los 2 donceles medio tirados en los sillones.

- me ignoraron - estiro sus brazos dramáticamente.

Jimin saco la paleta de su boca - y si le pides a Logan que nos lleve, si lo haces tú seguro encantado nos ayuda- se poso boca abajo en el sillón.

- he de admitir que es muy guapo pero seguro querrá algo a cambio - suspiró llevando su brazo a su cabeza tapando su frente - no quiero ilusionarlo sabiendo que en mi corazón sigue él, seria jugar con Logan.

- ash~, ya no se me ocurre nada más.

- solo esperemos, tal vez Yoongi ya tenga un plan.

Ambos se quedaron dormidos, la noche fue larga, emocionante pero pesada y lo que más querían era descansar mañana viajarían si o si.

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Yoongi estaba en su cuarto limpiando sus heridas, al caer en el concreto lo lastimó y permanecer en esa posición fue peor, sus rodillas estaban raspadas.

- auch, arde joder - pasó el algodón por la herida - tiraré esas medias - gruño.

- déjame hacerlo - escucho la voz de Reggie, el peli negro había entrado a su habitación.

- no lo hagas - trato de quitarle el algodón pero el más alto no lo dejo.

- tómalo como una disculpa - paso delicadamente el algodón para luego soplar en la herida causando una mueca de dolor en el peli azul - por haber llegado tarde, así que dejame hacerlo - siguió en su labor.

Pero Yoongi seguía reacio a la acción, no quería seguir lastimando a esa linda persona que tenía enfrente, ambos quedaron como amigos y así debía quedar. Ambos estuvieron de acuerdo en dejar todo atrás.

- ese color de pelo te queda hermoso- lo saco de sus pensamientos - parece que cada vez estas más bello.

- Reggie...- otra vez fue interrumpido.

- sabes pronto sera mi cumpleaños, te puedo pedir mi regalo por adelantado- lo miro a los ojos y luego bajo la mirada para agarrar dos curitas y ponerlas con delicadeza en ambas rodillas.

- dime ¿qué es? - se acerco un poco más. Aunque no lo demuestre lo quería como a un amigo uno que los ayudo mucho.

- un beso, solo un beso, el último...- lo miro desde abajo, él más alto estaba de rodillas y él peli azul sentado sobre su cama.

- Reggie ya dejamos esto claro - trato de evadir la petición, no podía hacerle eso.

- por favor - suplicó, Yoongi solo sintió que su corazón se estaba oprimiendo, así que cerró sus ojos para así el otro pueda acercarse a besarlo. Pero nunca sintió los labios contrarios en los suyos.




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