Coure di Fiuri

Cap 10: Tempo

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Kim Hyunah, edad 25 años, nacida en Jeonju; hija de padres netamente católicos, muy creyentes en la palabra de Dios, estrictos hasta los tuétanos además de ser más fríos que Alaska.

Desde muy joven estuvo bajo estrictas reglas, llegaba a pensar que su hogar llegaba a competir con el mismo ejército, debía de estudiar horas hasta que sea la mejor, ir a la iglesia todos los fines de semana, hacer voluntariado cada tarde; ya sea para cuidar a los ancianos o ir a levantar basura a las afueras de la ciudad. Todo por obligación de sus padres además de los castigos severos al no cumplirlos eran realmente dolorosos.

Al ser un alma libre encerrada entre los barrotes de su hogar una vez había llegado el momento de ir a la universidad, aquella alma libre probó la libertad y no la volvió a soltar.

Jamás...

Sus padres la habían dejado ir a la capital, aquel lugar donde "los sueños se hacen realidad" para que pueda acabar sus estudios universitarios en Medicina, carrera que a ella no le agradaba mucho pero sus padres lo habían escogido y ya estaba inscrita, aparte de haber pagado gran parte de la matrícula.

Días de estudio, iniciando desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la noche, exámenes y prácticas arduas. Pero de noche todo se relajaba en fiestas y alcohol, en especial algo que le daba la adrenalina que ella nunca tuvo en la vida.

Las carreras de autos...

Unas amigas la llevaron porque sus novios competían en ello, esa noche fue el gran cambio que ella sufrió, la adrenalina y aventura nunca se había sentido tan bien.

Aquella noche ella descubrió una pasión, y con un gran trato logro que uno de sus amigos le prestara su auto de carreras, a cambio de la mitad de cada premio que ganara, en parte a nadie le venía mal un dinero extra.

Al final ella solo iba por la adrenalina y la emoción de apretar el acelerador hasta donde ella creyera que sería su límite.

Los colores de cabello en ella eran muchos comparado con las estaciones de año, 5 años de carrera casi terminados, unas últimas carreras más antes de lograr sus residencias, y más dinero en el bolsillo.

Pero un idiota hizo que perdiera el control, aquel que no le importaba llevar a su auto hasta el máximo límite del motor, un tonto con aires de grandezas proveniente de Chuncheon. Era alto, de sonrisa atrayente, gatuna y hasta parecía burlesca, delgado pero de buen cuerpo, de cabellos negros y con cierta mirada perdida de vez en cuando.

Ese idiota robo su trono, la llevo al segundo lugar en su propio territorio, aquel que con esfuerzo había construido. Ella no lo perdonó y en un enfrentamiento ella cayó, se estrello y él fue el único que paro la carrera para salvarla. Su historia comenzó ahí, los reyes de las carreras de Seúl, al menos hasta que la policía los atrapó ya que todo era ilegal.

Un amor iniciado por la adrenalina...

Ambos escaparon, un cambió de imagen, otros nombres imprimido en el pasaporte y dos boletos a Boston en Estados Unidos. Iban de un lado a otro, no se quedaban en un mismo lugar cuando luego de meses, se adentraron a un bar para lograr perder a la policía que los andaba persiguiendo un buen tiempo.

- parece que los persiguen - río uno.

- me pregunto ¿porqué? - el ptro seguía tomando de su copa.

- dependiendo a lo que sea, tal vez podamos ayudarlos - ofreció el otro dándose la vuelta los 3 individuos para ahora mirarlos. Todos con una sonrisa divertida y mirada oscura en ellos - ¿trato?

- trato - y sellaron esa alianza con un apretón de manos. Y aunque nada salió como lo esperado ganaron verdaderos amigos.

Esa es su historia, algo que a pesar de tener sus altos y bajos no la cambiaría por más dinero que le ofrecieran, tenía a su novio y verdaderos amigos que ella consideraba familia.

La familia que no era de sangre, pero fue lo más preciado que ella quería...

- Hyuna - agito su mano delante de la pelirroja - ¿en que piensas? - la otra por fin salió de su ensoñación y miro a su novio con una ligera sonrisa.

- ohhh - salió de auto y se apoyo en este mirando a su novio quien lo veía expectante - solo en nuestra historia, recordando como nos conocimos en estos mismos lares - se cruzó de brazos aun con el sentimiento de nostalgia en el pecho.

- estas calles tienen nuestra historia en ellas, una que me encanta repetir - tomo el mentón de la muchacha quien tenía la morada baja - mi princesa sobre ruedas - dejo un piquito en sus labios.

- rey del asfalto - le contestó mostrando su sonrisa brillante - ¿nos vamos su alteza? Los demás ya fueron a hablar con los amigos de Baekhyun.

- vámonos - tomándola de la mano fueron donde sus demás amigos los esperaban.

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- ¡¡D.O.!! - grito un delgado pelirrojo quien venía corriendo.

- me compadezco de ese pobre hombre - se carcajeo en bajo Jimin, mientras veía como el otro chico quería quitarse a la empalagosa fresa.

- Baek cuantas veces debo repetirte que no me gusta que me abraces - Baek seguía colgado de su cuello - Baek ya aléjate.

- no quiero - refutó - no te he visto en años y ni siquiera me das un abrazo, mal amigo - formo un lindo puchero mientras lo seguia abrazando.

- te invito un trago luego, pero recuerda que tenemos negocios - seguía intentando separarse.

- ah cierto - y lo soltó de golpe casi dejando que su amigo de grandes ojos cayera de no ser por un alto moreno que se mantenía callado detrás de él.

- siempre tan bipolar, querido amigo - refunfuñó en bajo parándose correctamente.

- bueno a lo que vinimos - intervino esta vez Seokjin, quien se había mantenido callado hasta hace un momento - ¿de casualidad no tienen por aca un lugar más privado para poder hablar?




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