Creciendo entre demonios

Capítulo 4.

—Mi señor —una mujer pálida hizo una reverencia—, el ritual para activar la maldición del chico funcionó.

—Finalmente buenas noticias —respiró hondo—, ¿Por qué tardaron tanto en confirmarlo?

—El chico, Liam…no está solo —respondió temerosa—, los lobos estan con él.

— ¿Y con eso te refieres a…? —Tocaba con sus dedos el reposabrazos de su asiento ansiando la respuesta.

—Creo que es parte de su manada.

—Eso es imposible, no puede ser posible ¡No puede! —Gritó furioso.

—Tiene razón señor, quizas solo lo estan protegiendo…tal vez también saben lo que es… —el hombre la tomó por el cuello y la alzó.

— ¿Tú crees que sea así? —Suavizó su agarre— Dime ¿lo crees?

—Sí, si ¡Sí! —Habló dudosa.

—Querida, eso es todavía peor —volvió a apretar más fuerte y luego le arrancó la cabeza.

El cuerpo cayó justo cuando otra mujer de tez pálida y cabello largo rizado entró a la habitación.

—Arkain…—habló decepcionada—, a este paso ya no quedará nadie en nuestro clan —caminó hacia él e hizo a un lado el cuerpo con su pie—. Déjame adivinar, es ese niño otra vez ¿no?

—El niño ya no es niño —arrojó la cabeza hacia la pila que había al fondo—, activó su maldición de licántropo —se sentó de nuevo y bebió de su copa.

—Sí, algo oí de eso —no mostró interés—, aunque tambien oí que no lo hizo él mismo… —lo vio con una mirada acusadora—, supongo que finalmente hallaste una bruja que supiera hacer el ritual.

—De hecho, a un aquelarre completo —se sonrió maliciosamente.

— ¿Cómo hiciste para convencerlas de ayudarte? No creo que haya sido por tu gran gentileza —se burló.

—Mi querida Greta, te sorprendería la cantidad de virtudes que tengo.

—No tengo duda de eso —sonrió perversamente—, por cierto ¿Dónde quedó la bruja que mandaste con el lobito?

—En mi copa —sonrió al levantar su copa.

—Sangre de bruja…tu favorita —suspiró y se fue.

En la escuela, Injae se encontraba sentada en la cafetería cuando Liam la vio y se acercó.

— ¿Materia dificil? —preguntó él al sentarse frente a ella.

—Ah…si eso creo —evitó su mirada por nervios.

— ¿Necesitas ayuda? Puedo ayudarte, si quieres —ella asintió y le dio su libreta.

—Pero…los ejercicios estan bien, muy bien de hecho —se rio—, creo que sería yo quien necesitaría ayuda —bromeó.

—Bueno…ah… —apretó los labios pensativa—, olvídalo no tengo una excusa —se rio y frunció el ceño.

—Oh cierto —comentó como si se acordase de algo—, soy Liam.

—Injae.

—Tu apellido...es Venator ¿cierto? —Ella asintió.

— ¿Cómo sabes?

—Escuché cuando el Sr. Allen te presentó en clase de historia ¿Viene de familia? No es muy común, al menos no en Virginia.

—Sí, lo es —habló con más confianza—, es el apellido de la familia de mi padre.

—Injae Venator —lo dijo con mucha fascinación—, espera… ¿De casualidad tu padre no es…?

— ¿El oficial de policía? —Frunció su nariz con gracia— Si…pero no lo divulgues —bromeó.

—No creo que sea algo malo.

—No…a menos que quieras quedarte en casa sola porque nadie quiere invitar a la hija del oficial a una fiesta donde habrá alcohol y mucho ruido —ambos se rieron.

—No diré nada, pero dudo que tarden en darse cuenta —se encogió de hombros y sonrió.

—Aquí estás, te estuve buscando —Melissa apareció y se sentó a lado de ella.

— ¿Ah sí? Es que tenía tarea pendiente… —se dio cuenta de la incomodidad que surgió en la mesa.

—Vaya…Liam Hale, que sorpresa —volteó a verlo con desprecio.

— ¿Sabes quién soy? —se asombró.

—Claro, como olvidar al chico que tiró mi pastel de cumpleaños a los 7 —le sonrió falsamente.

—Ya dije que fue un accidente…además me disculpé como 8 veces —reviró sus ojos mostrando lo harto que estaba del reproche.

—Bueno, ni pienses que te invitaré a mi fiesta el próximo mes…además es solo para chicos populares de 17 y no tienes ninguna de esas dos cosas —se encogió de hombros fingiendo que se siente mal.

— ¿No tienes 17? —Injae lo miró confundida.

—Los cumplo hasta septiembre —se mostró apenado.

—Ya veo —se sonrió la castaña—, así que soy mayor que tu —dijo un tanto presuntuosa—, cumplí 17 hace una semana —encogió sus hombros e hizo una expresión de mucho orgullo.

—Solo por un par de meses —se defendía el pelinegro con una sonrisa.

—7 meses para ser exactos —se rio.

— ¿En serio pasó tu cumpleaños? —Se mostró triste Melissa— Hay que celebrarlo.

—Ah… —apretó sus labios nerviosa—, descuida, no hay que…

—No digas nada, deberíamos ir al cine —se entusiasmó—, invitaré a Jackson.

—De acuerdo… ¿quieres venir Liam?

—No creo que quiera ¿cierto Liam? —le lanzó una mirada amenazante.

—De hecho, si —le sonrió a Injae.

—Aún no he dicho que día… ¿puedes el viernes? —lo miró molesta la pelirroja.

—Ah… —se quedó pensativo.

—No puedes, que pena ¡Será el viernes a las 7!

—Melissa —murmuró Injae regañándola—, si no puedes ese día podemos ir en otro.

—Descuida, si puedo sólo trataba de recordar si tenía planes.

A la salida, Jace tomó por sorpresa a Liam.

—Vaya —se puso sus gafas de sol—, después de todo si sabias hablar con chicas —se burló—, saldrás al cine con Melissa Thompson y su nueva amiguita Injae Venator.

— ¿Cómo sabes eso? Además, creí que estabas molesto y que no me hablarías.

—En primera, los escuché en la cafetería, oído supernatural ¿lo olvidas? —Quitó la alarma del auto— Segundo, ¿acaso crees que tengo 6 años? No me voy a molestar y dejarte de hablar por algo que no es mi asunto —le abrió la puerta del carro.

— ¿Qué? —miró confundido.

—Que subas genio —le ordenó de mala gana—, es hora de que conozcas a alguien.




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