Creciendo entre demonios

Capítulo 12.

6 horas antes.

— ¿Llevan todo? —Preguntó el oficial Venator— Salúdenme a su tía Verónica y Rebecca, se gentil —más que una orden parecía una súplica—, cuídense.

Las dos chicas subieron al auto y empezaron a andar.

—Te advierto que te irá mal si empiezas a abrir la boca con la tía Vero y le dices…

— ¿Qué? ¿Qué eres una bruja insoportable y que tratas mal a su hermano? ¿Y de paso a tu propia hermana? —Reviró sus ojos y le habló sarcástica.

—Sabemos que eso no es cierto.

—No sé por qué dices eso, ambas cosas son completamente ciertas…aún si no ves todo de la misma manera —dijo cabizbaja y llevó su mirada hacia su ventana.

Después de un rato de conducir en un silencio incomodo todavía les faltaba 5 horas de camino, aún era de madrugada y el sol aún no salía.

—Carajo —murmuró Rebecca para no despertar a Injae

— ¿Qué pasó? ¿Ya llegamos? —Preguntó soñolienta— ¿Aún no sale el sol?

—Se ponchó una llanta…tendré que cambiarla, hay una de refacción —apagó el auto y abrió su puerta.

— ¿Tú sabes cómo cambiar una llanta? —se burló Injae.

—Apuesto que más que tú si —cerró la puerta azotándola.

— “Ipisto qui mis qui ti si” —remedó molesta—, que engreída —miró al retrovisor sin ver a la rubia— ¿A dónde se fue? Más vale no sea una de sus molestas bromas.

La castaña estaba a punto de abrir la puerta para salir a ver, pero su hermana llegó corriendo para entrar de nuevo al auto, pero algo la jaló muy rápido que apenas si se veía si era un animal, lo que la jaló la había lastimado pues tenía sangre en sus manos.

— ¡Rebecca! —Gritó Injae.

— ¡Injae! ¡CORRE! —le gritó desde afuera en la carretera.

Injae se acercó a cerrar la puerta que su hermana dejó abierta y recoger las llaves que se le cayeron a esta, pero enseguida apareció un hombre que la vio y sonrió mostrando unos afilados colmillos.

El sujeto intentó jalarla del brazo, pero la chica se hizo hacia atrás en el auto y trató de cerrar la puerta, pero la fuerza del hombre era demasiada, así que tomó lo primero que tuviera cerca que fueron las llaves para clavárselas en los ojos, sin embargo, por el lado del copiloto, otro de ellos la tomó por las piernas, la chica quiso librarse pateándolo en la cara, pero fue inútil porque este la mordió y luego le dio un golpe para dejarla inconsciente.

Eran cuatro sujetos quienes las emboscaron, uno de ellos mordió a Rebecca en el cuello para chupar su sangre dejándola inconsciente, pero uno de ellos con cabello largo amarrado en coleta se la quitó y la dejó tirada junto al auto, para irse rápido llevando consigo a Injae antes de que saliera más el sol.

—No puedo creer que esta sea la chica que buscamos —reclamó uno al llegar a su escondite— ¿no se suponía que era inofensiva? ¡Esta perra me clavó unas llaves en los ojos!

— ¿Llaves? A mí la rubia me clavó su zapato en el cuello —se quejó otro—, un poco más de puntería y me lo clava en el pecho.

— ¿Podrían dejar de llorar par de nenitas? —Ordenó el mismo de coleta— Esta chica vale más que esos ojos de porquería que tenías.

—No me jodas ¡Es humana! ¿Qué tanto podría valer? —se levantó y caminó molesto hacia el otro y este le rompió el cuello.

—Para el próximo que se queje no le romperé solo el cuello, también puedo arrancarles la cabeza —amenazó el hombre de coleta.

— ¡Alacrán! —Gritó el otro de ellos al colgar una llamada— Ya sabemos quién es el lobo que anda preguntando por el jefe…un tal John ¿sabes quién es?

—Por supuesto… —acarició el cabello de la chica—, y si ya habló con los vampiros de Virginia no han de tardar en venir —olió el aroma de la castaña—, olor a licántropo —susurró con maldad.

—Parece que hoy nos divertiremos —comentó uno mirando a Injae.

—En cuanto despierte nuestra invitada me avisan —ordenó el “Alacrán”.

Unas horas después John llegó con algunos de sus hombres incluido Liam.

—Injae —susurró inquieto el chico—, está aquí.

— ¿No dijiste que estaría con su tía? —Comentó Mason— Además no tendría por qué estar aquí.

—Sentí su aroma, es muy fuerte para ser sólo porque estuvo de paso —afirmó convencido—, la llamaré.

—Tiene razón —añadió Jace.

— ¿Su novia está aquí?

—No sé si ella, pero en definitiva hay un humano aquí… puedo oír sus latidos muy agitados y… ¡Sangre! —Al mismo tiempo que lo dijo se oyó un celular sonando adentro— Es una trampa.

El grupo entró rápido y con cautela al lugar, fueron a donde el aroma de la chica era más fuerte y al verlos se pusieron a la defensiva.

— ¡Injae! —gritó Liam al verla sangrando y tomada del cuello por un vampiro.

—Alto ahí —les ordenó el vampiro Alacrán—, cuanto tiempo sin vernos mi querido John.

—Alacrán… —intentó acercarse John—, venimos en paz… queremos hablar, es todo.

—El beta… —señaló a Liam— el asunto es con él, y lo sabes John.

—Tienes razón, así que suelta a la chica, ella no tiene nada que ver en esto.

—Te equivocas —acarició el rostro de Injae—, ¿Liam verdad? —Miró hacia él— ¿Puedes oír su corazón latiendo tan rápido? ¡Su frágil corazón humano! —gritó con fuerte voz y la mordió en el cuello.

— ¡Suéltala! —gritó fúrico al oírla gritar.

—Está bien, está bien —dijo en voz baja mientras saboreaba la sangre—, solo una cosa más… Arkain te manda saludos —rasgó con algo de profundidad el cuello de la chica y la dejó caer.

— ¡NO! —El enojo del pelinegro provocó que sacara sus colmillos y garras.

Los vampiros salieron huyendo con su gran velocidad, y la manada tras ellos, John detuvo a Liam quien quería ir con ellos para acabar con los vampiros.

—Liam no, sigue con vida... —habló de ella apresurado y se fue.

—Injae… te sacaré de aquí, lo prometo —la cargó para sacarla.

— ¿Liam? —Preguntó débil— ¿Qué haces a…?

—Tranquila, estarás bien —empezó a buscar una salida cuando se topó con unos vampiros.




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