Creciendo entre demonios

Capítulo 25.

Después de dos días, el día del ataque llegó, la manada se estaba adelantando antes de que se ocultara el sol, mientras Injae y Rebecca seguían en su casa.

— ¿Puedo hablar contigo? —cuestionó nerviosa la rubia.

—Seguro, pasa —no mostró preocupación— ¿Qué ocurre?

—Yo… —titubeaba mucho Rebecca— Quería hablar sobre…

Ambas se miraban mientras la rubia le daba muchas vueltas al asunto, hasta que ambas hablaron al mismo tiempo, Injae mencionando a Jace y Rebecca ofreciendo disculpas.

—Ah no era eso —respondió avergonzada Injae—, olvida eso ¿Qué ibas a decir?

—Claro… —la vio confundida— bueno, quería decir que lo siento…lamento haber sido una perra contigo todo este tiempo —respiró hondo—, fue injusto.

—Oh —no sabía que decir—, bueno…ok.

— ¿Solo dirás eso? Creí que me insultarías o me darías un golpe como…

—No, yo…no —respondía atónita—, bueno…no ¿Por qué?

— ¿Por qué lo fui? —preguntó y la castaña asintió— Bueno… —se sentó en la cama—, siempre te envidié, fuiste el ultimo pensamiento de mamá cuando murió…estaba preocupada por darte ese arco que tanto querías —expresó con culpa.

—Así que por eso siempre odiaste mi arco y lo tiraste a la basura…

—Lamento mucho eso, era el último regalo que te dio mamá —replicó cabizbaja—, no debí hacerlo, pero es  que quería superarte en todo, después de que dejaste el tiro con arco intenté el lanzamiento de jabalina…

—Lo recuerdo, esas chicas eran asombrosas.

—Yo era la mejor —presumió para que ambas rieran—, terminé el karate a pesar de odiarlo solo porque tú lo dejaste, tocaste el piano y yo el violín… ¡Incluso te llevabas mejor con el primo Luka! —admitió asombrada.

—Bueno, eso fue porque ambos oíamos Radiohead y tú preferiste a The Beatles.

—Si, buen punto —volvió a ponerse seria—, pero aun así…quería ser como tú.

— ¿Por qué? —expresó un poco ofendida— Rebecca yo quería ser como tú, eras increíble…y lo sigues siendo, yo nunca quise competir contra ti, ni siquiera tenía idea de que era una competencia —alegó orgullosa.

—Tú también eres increíble…por eso yo nunca…—frunció los labios—. Lo siento tanto.

—Hay alguien más que también debe oír eso —se encogió de hombros insinuando.

—Lo sé, tampoco he sido buena con papá.

—Aún estás a tiempo —sonrió para animarla—, por cierto ¿recuerdas el collar que nos dio papá de niñas? ¿luego de morir mamá? —la rubia le asintió— Rompiste el tuyo, lo compuse, pero…lo tiraste ¿Por qué?

Rebecca iba a responder, pero la alarma del auto de su padre sonó, haciendo que la conversación acabase ahí.

—Creo que es un buen momento —sugirió Injae.

La rubia se levantó para ir hacia su padre, pero Injae le habla haciéndola voltear desde la puerta.

—Oye Bex —le dijo dudosa—, te quiero.

Rebecca se quedó sin poder saber que decir asi que solo asintió con la cabeza no muy convencida y bajó, Injae fue detrás de ella.

—Hola chicas —las vio confundido—, es extraño verlas juntas ¿todo está bien?

—Rebecca quiere decirte algo —apretó sus labios Injae haciendo una sonrisa.

—Oh… ¿es importante? —cuestionó apresurado.

—Ah…bueno, no —titubeó—, si tienes prisa podemos hablarlo luego…papá.

— ¿Segura? —ella le asintió a su padre— Bien…tú —quedó sorprendido por como lo llamó—, vaya —sonreía—, haré todo lo posible para acabar pronto y volver…oh y traeré comida ¿quieren comida china o tailandesa?

—Tailandesa —dijeron ambas riendo después de mirarse.

—Tailandesa será —tomó sus cosas—, debo volver…

—Te amo papá —interrumpió Rebecca.

El oficial Alaric estaba sorprendido al igual que Injae por oír a la rubia.

—Yo también te amo cariño —expresó con sentimiento—, a ambas —miró a Injae—, las amo mucho —extendió sus brazos para abrazarlas.

Durante el abrazo sonó el celular de Alaric haciendo que las soltara.

—Debo…

—Está bien, ve —expresó comprensivamente Rebecca—, nos vemos al rato.

Los tres sonrieron y se despidieron, cuando su padre se fue, Injae veía confundida a Rebecca.

— ¿Por qué no le dijiste? —le reclamó la castaña.

—Ya esperó 8 años, puede esperar unas horas más —bromeó la rubia.

El celular de Injae sonó, Liam le había enviado un mensaje.

—Es Liam, la manada ya está en el lugar.

—Bien ¿Qué esperamos? —protestó apurada Rebecca.

— ¿En verdad irás? Creí que no hablabas en serio.

—Por supuesto que sí, además no dejaré que mi hermanita vaya sola a participar en una pelea de lobos —le sonrió y le dio un ligero golpe de broma.

—En ese caso… —Injae subió y bajó de su cuarto rápido— toma, en caso de que se te acaben las balas.

—Dudo que eso pase, hiciste varias —afirmó muy confiada.

—Pues que pena, ahora la estaca es tuya —se encogió de hombros y caminó hacia la puerta— ¿Conduces tú o yo? —amenazó para apurarla.

Rebecca siguió a Injae al auto, pero recordó la mención de Jace.

—Sobre Jace… —comentó nerviosa Rebecca.

—No preguntaré, es tu asunto —replicó desinteresada.

—Oh…ok, solo no le digas nadie.

— ¿A quién se lo diría? —se burló con sarcasmo.

La rubia empezó a andar hasta donde estaban ambas manadas, al aproximarse bajó la velocidad y estacionó el auto algo lejos, luego se bajaron y empezaron a subir a la colina por el lado del bosque hasta llegar a donde los lobos.

—Llegamos —avisó en voz baja Injae.

—Tenemos un problema —señaló Jace—, pusieron más dementors cerca de la entrada y de los muros.

—Atacaran en cuanto nos vean —añadió otro.

—Los cubriremos —expresó Injae decidida y Rebecca asintió apoyando la idea.

—Jace —replicó Liam en desacuerdo.

—Está bien, pero…solo nos cubrirán, no entrarán ¿de acuerdo?

Ambas asintieron, luego John se acercó con el resto.

—De acuerdo, haremos esto —explicó el plan—… y Mason, tú vas con Anthony y Monik para asegurar la salida.




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